Estoy seguro que la operación a cuatro bandas que se ha cerrado con la
Cooperativa Agrícola tiene aristas ocultas que por ahora se nos escapan. Una de
ellas, y a falta de tener más datos, se refiere a las valoraciones efectuadas en
las fincas objeto de traspaso. Hay que recordar que este ayuntamiento es pródigo
en valoraciones dignas de toda sospecha, y que los funcionarios municipales
encargados de las mismas, incluso aquellos imputados por delitos de corrupción,
siguen estando en los mismos sillones y con las mismas atribuciones que les
llevaron a esa situación jurídica.
Vaya por tanto mi sospecha, fundamentada en la historia reciente de nuestra localidad, de que las valoraciones pudieran estar tan “ajustadas a ley” como aquellas de la época Barrientos. Alejadas del interés público, también como las de aquella terrible época.
Y ahí, al hablar del interés público, es cuando cito a la cuarta parte de las implicadas en el negocio de esta semana. De una parte, la Cooperativa Agrícola, el Ayuntamiento de Estepona y la Iglesia Católica y de otra el pueblo de nuestra ciudad.
Los tres primeros suelen arrogarse la representatividad ciudadana, aunque están muy lejos de ostentarla en realidad. La Cooperativa Agrícola, de forma muy lamentable y arrastrada por el modelo económico del ladrillo, que convirtió nuestras huertas y vegas en incomestibles pedazos de arcilla cocida, dejó hace décadas de ser esa institución vertebradora de la economía y la vida social de Estepona, para convertirse en refugio de unos pocos agricultores y otro puñado de especuladores.
Una vez puestas de manifiesto mis dudas, repito legítimas, sobre el ayuntamiento y su funcionamiento, puedo afirmar que la única institución que podría representarlo tampoco ha cumplido su cometido, por su oscurantismo, aunque aparentemente los fines sean adecuados y positivos.
La Iglesia Católica es una entidad opaca en su gestión. Sobre su papel en la historia mundial poco podemos decir más que acumula avaricia, represión y muerte desde que funciona como Iglesia de Roma. Más cercano y reciente, en la historia de Estepona, tiene un papel muy relevante en el incumplimiento de los fines de la llamada Herencia Nadal Guerrero. Y con esta operación consiguen consolidar en la ciudad parte de su imperio ideológico, un colegio ultracatólico. Tiene que haber algo más, y su papel en esta historia, en la que se desprenden de forma “altruista” de más de 2 millones de euros me escama y mucho. No me fío de los hombres de negro.
Vaya por tanto mi sospecha, fundamentada en la historia reciente de nuestra localidad, de que las valoraciones pudieran estar tan “ajustadas a ley” como aquellas de la época Barrientos. Alejadas del interés público, también como las de aquella terrible época.
Y ahí, al hablar del interés público, es cuando cito a la cuarta parte de las implicadas en el negocio de esta semana. De una parte, la Cooperativa Agrícola, el Ayuntamiento de Estepona y la Iglesia Católica y de otra el pueblo de nuestra ciudad.
Los tres primeros suelen arrogarse la representatividad ciudadana, aunque están muy lejos de ostentarla en realidad. La Cooperativa Agrícola, de forma muy lamentable y arrastrada por el modelo económico del ladrillo, que convirtió nuestras huertas y vegas en incomestibles pedazos de arcilla cocida, dejó hace décadas de ser esa institución vertebradora de la economía y la vida social de Estepona, para convertirse en refugio de unos pocos agricultores y otro puñado de especuladores.
Una vez puestas de manifiesto mis dudas, repito legítimas, sobre el ayuntamiento y su funcionamiento, puedo afirmar que la única institución que podría representarlo tampoco ha cumplido su cometido, por su oscurantismo, aunque aparentemente los fines sean adecuados y positivos.
La Iglesia Católica es una entidad opaca en su gestión. Sobre su papel en la historia mundial poco podemos decir más que acumula avaricia, represión y muerte desde que funciona como Iglesia de Roma. Más cercano y reciente, en la historia de Estepona, tiene un papel muy relevante en el incumplimiento de los fines de la llamada Herencia Nadal Guerrero. Y con esta operación consiguen consolidar en la ciudad parte de su imperio ideológico, un colegio ultracatólico. Tiene que haber algo más, y su papel en esta historia, en la que se desprenden de forma “altruista” de más de 2 millones de euros me escama y mucho. No me fío de los hombres de negro.
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