lunes, febrero 05, 2007

La Hoguera de las Vanidades



Emitido en SER Costa del Sol el 5 de febrero de 2007


FITUR ha venido, como todos los años, a mostrarnos su particular hoguera de las vanidades. Sí, ya sé que todas las Ferias son justo eso, exhibición desmedida de las virtudes y tapado discreto de los defectos. Digamos que ni podemos ni debemos asombrarnos de eso.



Pero yo no me refería a la presentación de los productos que los comerciantes tienen la obligación de hacer ante sus potenciales vendedores. Me refería a otra suerte de paseíllo mucho más vergonzante, y es el que protagonizan, todos los años, impenitentemente, los políticos locales. Cierto es que la promoción de nuestra ciudad es obligación suya, y cierto es que el turismo es, eso parece sin mucho análisis, nuestra principal fuente de ingresos. Que nuestros representantes trabajen en nuestro beneficio y promoción es muy loable.



La cosa es que me temo que no es exactamente así. Como siempre me hago algunas preguntas malintencionadas, así, por ejemplo, me pregunto si los touroperadores mundiales sintonizan la Radio Televisión local. ¿Se ve en toda Europa nuestras emisiones? ¿Son capaces de distinguir los profesionales americanos la cara del Concejal de Turismo de la del Coordinador de Área de Limpieza? ¿Saben quién es ese tal Juan Carlos por el que se pegan tortas nuestros políticos para hacerse una foto?. Pues me temo que no, los touroperadores americanos y europeos no sintonizan tele estepona ni conocen al encargado de la limpieza ni saben quién es el presidente de la república española.



Horas de emisión, gran cantidad de personal trasladado a Madrid, costes que nunca sabremos a cuanto ascienden. Destinado al consumo interno, a la promoción repetitiva y abusiva de unos políticos enfrascados en la batalla electoral con todos los medios a su alcance. Todo sufragado por una empresa pública en situación de quiebra inminente. Horas de emisión en las que se repiten los clichés y las caras de los mismos personajes. Siempre diciendo las mismas cosas, siempre las mismas muletillas, hasta mucho más allá de lo que el sentido del ridículo les aconsejaría si lo tuviesen. Me aburren ¿a ustedes no?.