lunes, julio 09, 2018

Con justicia, pero solo a veces

Publicado en Estepona Press en julio 2018


Ya sé que va a resultar extraño que comience mi columna alabando una decisión de nuestro alcalde, el Notario García Urbano. Pero a uno no le duelen prendas para decir lo que piensa, incluso cuando eso favorezca el hacer de una persona que no se merece más que el desprecio político de quien esto escribe. 

Pues bien. Felicidades, Alcalde, por tu rápida actuación en el caso de la agresión sufrida por una chica a manos de dos policías locales. Presuntamente, claro. Ninguna duda, ninguna dilación y lo que se podía hacer desde el Consistorio, apartarles del servicio y del sueldo, hecho a la primera. 

Dicho esto, ahora toca hacer algunas preguntas sobre lo que no se ha hecho, o al menos no se ha dado a conocer a los vecinos de mi pueblo. Durante la crisis de nuestra uniformada manada se publicó en todos los medios que la reputación de los policías era cuestionada por los vecinos y, muy especialmente, por sus propios compañeros de trabajo. Concretamente yo he recibido desde muy, muy cerca del cuerpo policial que “nadie quería salir con ellos, porque temían buscarse la ruina”. Así que, Alcalde, ahora me toca preguntar si después de estas publicaciones e informaciones has citado en tu despacho a los responsables de la Policía Local para preguntar qué fondo tienen, qué compañeros se negaban a ir con ellos y por qué, cuántos episodios como el de ahora no han sido elevados a la categoría de públicos y cuándo has ordenado la investigación interna necesaria para depurar las responsabilidades cometidas, si las hubiese. 

Como ejemplo más allá de las especulaciones, hay unas imágenes, emitidas por una televisión nacional, en las que se ve como el conocido “Ken” la emprende a patadas con un detenido cuando ya estaba inmovilizado en el suelo por otros agentes en lo que parece una actuación mesurada de estos. Sin embargo, la aparición de Ken en un escenario en el que no se le requería para propinar patadas a un joven indefenso en el suelo no significó, o al menos no se ve en el vídeo, que sus propios compañeros le detuviesen en el acto por agresión y abuso policial. Cabría preguntar a esos modélicos agentes por qué permitieron tan bárbaro comportamiento y si elevaron los debidos informes a su superioridad. 

Esperamos por tanto, Alcalde, que además de tu temprano acto de suspensión de empleo y sueldo vayas un poco más e investigues qué pasa en tu policía cada día. Una policía que, como todos los cuerpos policiales del Estado, parece que fomenta más el gimnasio y la testosterona que el conocimiento y defensa de los derechos civiles. 

Cuando estaba escribiendo esta columna tengo conocimiento del tan ansiado auto de calificaciones de la Fiscalía en el denominado Caso Astapa. Y aquí, Alcalde, no tengo ningún motivo para seguir alabando tu conducta. No sabemos, todavía no se ha publicado la lista completa, los nombres de los trabajadores municipales que finalmente están incluidos en ese auto y comparecerán a juicio. Pero es muy previsible que los que finalmente han sido señalados por la Fiscalía no sufran ninguna repercusión en su puesto de trabajo. Ninguno de los más de veinte de las actuaciones procesales previas fue incluido en el ERE, en un acto que desafía a cualquier estadística. Todos mantuvieron los mismos puestos de trabajo desde el que presuntamente se cometieron los delitos salvo los que fueron promocionados y ascendidos.

Esas decisiones, en absoluto arbitrarias, suponen el comportamiento habitual del Alcalde. Acostumbrado a rodearse de corruptos –especialmente su socio y amigo Juan Alberto Hoffman, huido de la justicia, pero también tantos dirigentes del PP con los que ha compartido mesa, mantel y decisiones políticas–, entiende que aquellos que fueron enemigos de Estepona por la corrupción no tienen que ser apartados, sino ascendidos en nuestro Ayuntamiento. Nunca se adoptó ninguna medida cautelar sobre ellos, pese al peligro evidente que suponían para nuestro Ayuntamiento. En coherencia con estos actos no espero que el interés del municipio sea defendido de forma adecuada en el juicio, con el ejercicio de una acusación adecuada a la gravedad de los hechos relatados ahora por la fiscalía. 

Contrasta, y seguro que indigna, con  la encarnizada y cara defensa judicial contra los trabajadores ganadores de sentencias en los tribunales de lo laboral.  Contra ellos no hay clemencia que valga. 

Aunque nada de esto me sorprende en un país que coloca en el Spa de Brieva al cuñado del rey, libera a guardias civiles condenados por abusos sexuales y condena a cantantes o raperos. Ese país que mantiene en la cárcel a unos chavales por una pelea de bar u organizar unas votaciones. Como nada ha cambiado desde el mes pasado,  aquí seguimos exigiendo la libertad de los presos políticos catalanes, los chavales de Altsasu y el cese de la persecución política e ideológica impulsada por el condenado partido de nuestro Alcalde y sostenida por el PSOE y sus otros cómplices.