No me negarán que lo de los premios y el municipio de Estepona tiene su miga. Somos los más laureados en un tipo de premios que huelen mal, muy mal. Todos recordamos las “concesiones” de aquellas Escobas de plata, oro y, si le hubiésemos dado oportunidad al Sr. Crespo, hasta platino y diamantes con incrustaciones de esmeraldas.
Como quedó sobradamente demostrado en aquella ocasión, la concesión de las citadas escobas no respondía a criterios objetivos de entidades públicas sino a un amañado concurso en el que todos los participantes que pagaban eran premiados. La realidad del municipio, con barriadas enteras ignoradas por los servicios de limpieza no era merecedor de ningún premio. Todos somos conscientes de que los citados galardones fueron comprados por nuestro ayuntamiento para mayor gloria del concejal de las basuras, Sr. Crespo.
Con el tema de las banderas azules, de mucho mayor prestigio que hasta en los noticiarios nacionales salen, nos tememos que pasa algo parecido. Lo siento, para mi han perdido toda mi credibilidad, y el ver una de ellas ondeando en cualquier playa no significará que me tiraré al agua entusiasmado.
Aunque desconozco en profundidad los supuestos requisitos para otorgar las banderas azules estoy seguro que uno de ellos debería ser que la mierda no aparezca flotando por los arroyos que desembocan al mar. Eso pasa, directamente en Arroyo Calancha y Arroyo Melonar, justo en el Paseo Marítimo de Estepona, justo en la Playa de la Rada.
La desembocadura del Calancha, adornada por el monumento al turista y flanqueada por las banderas azules y la Q de calidad y excelencia turística debería ser clausurada al baño, como bien saben todos los mandatarios locales y ha obviado el ente supuestamente sin ánimo de lucro que otorga las banderas. ¿Sin ánimo de lucro?.
Mentimos a los ciudadanos y mentimos a nuestros visitantes, que tienen que soportar los tremendos olores y el peligro sanitario mientras asistiremos a la repetida y manida mascarada de la propaganda. Ni azules, ni doradas, la mentira es, siempre, negra.
Como quedó sobradamente demostrado en aquella ocasión, la concesión de las citadas escobas no respondía a criterios objetivos de entidades públicas sino a un amañado concurso en el que todos los participantes que pagaban eran premiados. La realidad del municipio, con barriadas enteras ignoradas por los servicios de limpieza no era merecedor de ningún premio. Todos somos conscientes de que los citados galardones fueron comprados por nuestro ayuntamiento para mayor gloria del concejal de las basuras, Sr. Crespo.
Con el tema de las banderas azules, de mucho mayor prestigio que hasta en los noticiarios nacionales salen, nos tememos que pasa algo parecido. Lo siento, para mi han perdido toda mi credibilidad, y el ver una de ellas ondeando en cualquier playa no significará que me tiraré al agua entusiasmado.
Aunque desconozco en profundidad los supuestos requisitos para otorgar las banderas azules estoy seguro que uno de ellos debería ser que la mierda no aparezca flotando por los arroyos que desembocan al mar. Eso pasa, directamente en Arroyo Calancha y Arroyo Melonar, justo en el Paseo Marítimo de Estepona, justo en la Playa de la Rada.
La desembocadura del Calancha, adornada por el monumento al turista y flanqueada por las banderas azules y la Q de calidad y excelencia turística debería ser clausurada al baño, como bien saben todos los mandatarios locales y ha obviado el ente supuestamente sin ánimo de lucro que otorga las banderas. ¿Sin ánimo de lucro?.
Mentimos a los ciudadanos y mentimos a nuestros visitantes, que tienen que soportar los tremendos olores y el peligro sanitario mientras asistiremos a la repetida y manida mascarada de la propaganda. Ni azules, ni doradas, la mentira es, siempre, negra.
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