Casi sin solución de continuidad, en menos de un año los andaluces estamos convocados a votar por tercera vez. Enlazaremos municipales, generales y ahora andaluzas de forma consecutiva y sin respiro tanto para los partidos como para los ciudadanos, deseosos de oír mensajes esperanzadores sobre el final de esta profunda crisis.
Ha sido el año de la calle, la indignación, el terrible paro, los escándalos de corrupción, las guerras del petróleo y la pérdida de los derechos individuales y colectivos.
Y sin embargo, y aunque a muchos nos resulta paradójico, también el año en el que los sectores más reaccionarios han ganado elección tras elección, como ganarán las andaluzas y asturianas si el CIS no se equivoca.
Los ciudadanos seguimos eligiendo, erre que erre, a aquellos que bajo cualquiera de las intercambiables siglas, PP-PSOE, nos han llevado al estado actual de miseria y desamparo. Aquellos que protegen a los estafadores disfrazados de banqueros o empresarios. Aquellos que han maltratado nuestras costas y ciudades, los mismos que cambian petróleo por sangre sin pestañear.
Otra vez tenemos la oportunidad de decir que no, y algunos vamos a hacerlo. No validaremos con nuestro voto a los políticos que durante 30 años han expoliado Andalucía ni aquellos que ya están expoliando España para entregársela en bandeja a lo peor de la sociedad europea y mundial.
Nos toca elegir, y yo optaré esta vez por el voto útil. Porque es útil votar aquello que te crees. El voto que me asegure que los cambios serán estructurales y no superficiales. El voto de los que no están manchados por ninguna sombra de corrupción. Ni siquiera contratando familiares en el más pequeño ayuntamiento. Votaré a los que aman a la Tierra y a todas las criaturas que en ella vivimos.
Votaré a un grupo de indignados, gente que llegó a la política por el hartazgo y el cansancio hacia todos los que ya estaban o por serles imposible seguir conviviendo con ellos. Gente consciente de los límites que el Planeta nos plantea. Esta vez votaré a EQUO y a Elena “Indignada” Fernández, mi voto útil.
Ha sido el año de la calle, la indignación, el terrible paro, los escándalos de corrupción, las guerras del petróleo y la pérdida de los derechos individuales y colectivos.
Y sin embargo, y aunque a muchos nos resulta paradójico, también el año en el que los sectores más reaccionarios han ganado elección tras elección, como ganarán las andaluzas y asturianas si el CIS no se equivoca.
Los ciudadanos seguimos eligiendo, erre que erre, a aquellos que bajo cualquiera de las intercambiables siglas, PP-PSOE, nos han llevado al estado actual de miseria y desamparo. Aquellos que protegen a los estafadores disfrazados de banqueros o empresarios. Aquellos que han maltratado nuestras costas y ciudades, los mismos que cambian petróleo por sangre sin pestañear.
Otra vez tenemos la oportunidad de decir que no, y algunos vamos a hacerlo. No validaremos con nuestro voto a los políticos que durante 30 años han expoliado Andalucía ni aquellos que ya están expoliando España para entregársela en bandeja a lo peor de la sociedad europea y mundial.
Nos toca elegir, y yo optaré esta vez por el voto útil. Porque es útil votar aquello que te crees. El voto que me asegure que los cambios serán estructurales y no superficiales. El voto de los que no están manchados por ninguna sombra de corrupción. Ni siquiera contratando familiares en el más pequeño ayuntamiento. Votaré a los que aman a la Tierra y a todas las criaturas que en ella vivimos.
Votaré a un grupo de indignados, gente que llegó a la política por el hartazgo y el cansancio hacia todos los que ya estaban o por serles imposible seguir conviviendo con ellos. Gente consciente de los límites que el Planeta nos plantea. Esta vez votaré a EQUO y a Elena “Indignada” Fernández, mi voto útil.
2 comentarios:
y yo
Mi voto, y el de muchas de mis gentes, va para EQUO.
Ánimos Elena, seguro que ayudaremos a muchas gentes a despertar, y verán realmente donde deben poner su confianza. Sin duda, a gente del pueblo y luchadora como tu. ¿Sabes por que creceremos? Porque muchas gentes, que siempre hemos creído en que un mundo mejor es posible, estamos sabiendo explicar lo que significa ser ecologistas, verdes o simplemente revolucionarios, es decir gentes organizadas, con ideas y creatividad, factibles de llevar a cabo inmediata mente, sin que hoy por hoy, por parte de nuestros detractores, se nos puedan tachar de utópicos. La utopía de ayer es la realidad de hoy.
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