Publicado en Estepona Información el 31/03/2012
Yo, como casi todo el mundo, también tengo claro que Andalucía “es de izquierdas”. Una vez más el cada vez menos escaso electorado andaluz acudió a las urnas, corazón rojo en la mano, depositando papeletas a dos partidos que llevan eso, la rojez, en su propio nombre.
Uno se llama socialista y el otro proclama la unión de las izquierdas en su seno. Uno ha gobernado toda la vida en Andalucía renegando del socialismo y el otro intentando que lo que proclama unión sea exclusivamente sumisión.
Me felicito por la mayoría de mis paisanos: creen en la justicia social, en la igualdad, en la solidaridad y los valores universales de la democracia y los derechos humanos, pero no me engaño. Han votado otra vez a los de siempre, han decidido que gobierne el mismo PSOE de la reforma constitucional pactada con el PP, exigida por el poder financiero mundial. El mismo de los ERE fraudulentos y el que propició en nuestra tierra el reinado de la especulación urbanística y su desgraciada herencia.
Un pacto del PSOE e IU no garantiza que el deseo de los andaluces, el gobierno de la izquierda, sea realidad. Conocemos el comportamiento de Griñán y su partido durante los últimos treinta años y no se puede esperar que de pronto abracen la bandera roja. Siempre que tuvieron oportunidad de girar a la izquierda, y no es la primera vez que un resultado electoral lo demanda, lo hicieron para dar otra vuelta de tuerca a la derecha. Pactando con el PA, por ejemplo. O buscando el apoyo parlamentario del PP antes que el de IU.
Es por tanto la hora de IU, de valorar qué tiene de positivo entregar el poder a esos que a la primera de cambio se apoyarán en Arenas y su gente. Es la hora de exigir, de enarbolar la bandera de la justicia social. Parece que Sánchez Gordillo lo ve así, aunque tengo serias dudas del resto de la organización. Demasiadas veces les hemos visto venderse por un plato de lentejas, aunque estas fueran servidas por el mismísimo Gil y Gil. En Estepona el pacto con el PES fue refrendado personalmente por el hoy Secretario General del PCE y el actual Coordinador de IU en Málaga.
Uno se llama socialista y el otro proclama la unión de las izquierdas en su seno. Uno ha gobernado toda la vida en Andalucía renegando del socialismo y el otro intentando que lo que proclama unión sea exclusivamente sumisión.
Me felicito por la mayoría de mis paisanos: creen en la justicia social, en la igualdad, en la solidaridad y los valores universales de la democracia y los derechos humanos, pero no me engaño. Han votado otra vez a los de siempre, han decidido que gobierne el mismo PSOE de la reforma constitucional pactada con el PP, exigida por el poder financiero mundial. El mismo de los ERE fraudulentos y el que propició en nuestra tierra el reinado de la especulación urbanística y su desgraciada herencia.
Un pacto del PSOE e IU no garantiza que el deseo de los andaluces, el gobierno de la izquierda, sea realidad. Conocemos el comportamiento de Griñán y su partido durante los últimos treinta años y no se puede esperar que de pronto abracen la bandera roja. Siempre que tuvieron oportunidad de girar a la izquierda, y no es la primera vez que un resultado electoral lo demanda, lo hicieron para dar otra vuelta de tuerca a la derecha. Pactando con el PA, por ejemplo. O buscando el apoyo parlamentario del PP antes que el de IU.
Es por tanto la hora de IU, de valorar qué tiene de positivo entregar el poder a esos que a la primera de cambio se apoyarán en Arenas y su gente. Es la hora de exigir, de enarbolar la bandera de la justicia social. Parece que Sánchez Gordillo lo ve así, aunque tengo serias dudas del resto de la organización. Demasiadas veces les hemos visto venderse por un plato de lentejas, aunque estas fueran servidas por el mismísimo Gil y Gil. En Estepona el pacto con el PES fue refrendado personalmente por el hoy Secretario General del PCE y el actual Coordinador de IU en Málaga.
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