Comparado con la noticia de la semana, el que sepamos porqué tal concejal fue a miccionar o no acudió a la llamada del Alcalde en una de las votaciones de su grupo es absolutamente irrelevante. Porque esas situaciones tan sólo afectan a los interesados, inmersos en una burbuja y aislados del resto de la ciudad y por la propia naturaleza del anuncio de la Junta de Andalucía paralizando el avance del tren litoral.
Una obra pública imprescindible para la economía de la zona de forma inmediata y para el futuro de manera indiscutible. En épocas de recesión es importantísimo el empuje de las administraciones para fomentar la construcción de empleo y la realización de infraestructuras públicas que permitan la recuperación de la economía.
A menudo, lamentablemente, esa labor de los gobiernos se deriva propiciando exclusivamente los intereses de los menos afectados por la crisis, las grandes compañías energéticas, constructoras y los bancos. Así, se fomenta la creación de autopistas y pantanos para engordar el bolsillo de los que aún lo tienen repleto, perseguir el incremento de la cultura del consumismo y seguir participando en la destrucción del territorio.
Una obra pública como la del tren contemplaba sin embargo todos los aspectos positivos del fomento del empleo en tiempos de crisis y además preparaba a la Costa para un futuro en el que la comunicación entre los núcleos poblados podría hacerse de forma sostenible y respetuosa, permitiendo a los ciudadanos rebajar el consumo de combustible y la compra de vehículos y vitalizando y agilizando tanto el comercio como el desplazamiento de viajeros.
Es curioso que le haya tocado a Rosa Aguilar, antes roja y verde y ahora Consejera de Transportes, frenar el desarrollo de las políticas sostenibles de transporte. Y de seguro, conociendo el percal, vendrán acompañadas de medidas favorecedoras de todo lo contrario: El fomento del cemento y el asfalto para alegría de bancos, eléctricas, petroleras, constructoras y fabricantes de automóviles. Con esta clase de socialistas el chaca-chá tardará en oírse por nuestra tierra.
Una obra pública imprescindible para la economía de la zona de forma inmediata y para el futuro de manera indiscutible. En épocas de recesión es importantísimo el empuje de las administraciones para fomentar la construcción de empleo y la realización de infraestructuras públicas que permitan la recuperación de la economía.
A menudo, lamentablemente, esa labor de los gobiernos se deriva propiciando exclusivamente los intereses de los menos afectados por la crisis, las grandes compañías energéticas, constructoras y los bancos. Así, se fomenta la creación de autopistas y pantanos para engordar el bolsillo de los que aún lo tienen repleto, perseguir el incremento de la cultura del consumismo y seguir participando en la destrucción del territorio.
Una obra pública como la del tren contemplaba sin embargo todos los aspectos positivos del fomento del empleo en tiempos de crisis y además preparaba a la Costa para un futuro en el que la comunicación entre los núcleos poblados podría hacerse de forma sostenible y respetuosa, permitiendo a los ciudadanos rebajar el consumo de combustible y la compra de vehículos y vitalizando y agilizando tanto el comercio como el desplazamiento de viajeros.
Es curioso que le haya tocado a Rosa Aguilar, antes roja y verde y ahora Consejera de Transportes, frenar el desarrollo de las políticas sostenibles de transporte. Y de seguro, conociendo el percal, vendrán acompañadas de medidas favorecedoras de todo lo contrario: El fomento del cemento y el asfalto para alegría de bancos, eléctricas, petroleras, constructoras y fabricantes de automóviles. Con esta clase de socialistas el chaca-chá tardará en oírse por nuestra tierra.
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