Todos los vecinos saben que a poco que caigan cuatro gotas la mierda fluye libremente por muchas de nuestras calles. No hace falta más que eso, cuatro gotas, siempre que caigan como suelen hacerlo aquí, torrencialmente.
Avenidas del Carmen y Monterroso y confluencia de San Lorenzo con calle Real volvieron a protagonizar los ya nada sorprendentes atascos en la red. Súmenle que durante todos los veranos disfrutamos de puritita mierda desplazándose Calancha abajo hasta desembocar en el mástil de una de esas banderas azules tan publicitada, tan cara y tan injustamente otorgada como aquella Escoba de Oro que adquirió nuestro Ayuntamiento en el mercado de las horteradas nacionales sin par.
Mi pueblo tiene unas cloacas que no se las merece. Ni por el diseño, ni por el mantenimiento, ni por la escasa atención que le dedican unas autoridades municipales más ocupadas en fotografiarse con deportistas famosos que de bajar al subsuelo de nuestra comunidad para verificar qué pasa con las porquerías que por él circulan.
El dinero recaudado por el Ayuntamiento con la reciente reforma fiscal ¿será dedicado a sanear las cloacas?. No sería mal destino si fuese así, algunos vecinos no tendrían que preocuparse tanto por si vuelve a caer el agua como siempre cae aquí, a cántaros.
Mucho nos tememos que no, que todo el esfuerzo de los contribuyentes será destinado al pago de esa nómina exagerada y sobredimensionada que los partidos políticos de Estepona nos dejaron en lamentable herencia.
No mirán a las cloacas los mandatarios, ni siquiera cuando las otras alcantarillas, las políticas, les salpican. Esta semana supimos que los tribunales investigan un caso que en su forma más leve posible , la reconocida por el actor, es tan escandaloso que exige algo más que mirar hacia otro lado o culpar al de siempre. Sea hombre de Crespo o no, que lo desconozco, ese arquitecto que se va a comer con los promotores fue designado, a dedo, por el alcalde en aquel momento, el Sr. Barrientos. Arremánguese sus famosos pantalones y baje a la mierda de una vez, Sr. Alcalde.
Avenidas del Carmen y Monterroso y confluencia de San Lorenzo con calle Real volvieron a protagonizar los ya nada sorprendentes atascos en la red. Súmenle que durante todos los veranos disfrutamos de puritita mierda desplazándose Calancha abajo hasta desembocar en el mástil de una de esas banderas azules tan publicitada, tan cara y tan injustamente otorgada como aquella Escoba de Oro que adquirió nuestro Ayuntamiento en el mercado de las horteradas nacionales sin par.
Mi pueblo tiene unas cloacas que no se las merece. Ni por el diseño, ni por el mantenimiento, ni por la escasa atención que le dedican unas autoridades municipales más ocupadas en fotografiarse con deportistas famosos que de bajar al subsuelo de nuestra comunidad para verificar qué pasa con las porquerías que por él circulan.
El dinero recaudado por el Ayuntamiento con la reciente reforma fiscal ¿será dedicado a sanear las cloacas?. No sería mal destino si fuese así, algunos vecinos no tendrían que preocuparse tanto por si vuelve a caer el agua como siempre cae aquí, a cántaros.
Mucho nos tememos que no, que todo el esfuerzo de los contribuyentes será destinado al pago de esa nómina exagerada y sobredimensionada que los partidos políticos de Estepona nos dejaron en lamentable herencia.
No mirán a las cloacas los mandatarios, ni siquiera cuando las otras alcantarillas, las políticas, les salpican. Esta semana supimos que los tribunales investigan un caso que en su forma más leve posible , la reconocida por el actor, es tan escandaloso que exige algo más que mirar hacia otro lado o culpar al de siempre. Sea hombre de Crespo o no, que lo desconozco, ese arquitecto que se va a comer con los promotores fue designado, a dedo, por el alcalde en aquel momento, el Sr. Barrientos. Arremánguese sus famosos pantalones y baje a la mierda de una vez, Sr. Alcalde.
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