¿Recuerdan aquel grito tan repetido durante la lucha contra el franquismo y la transición democrática?. Seguro que sí, forma parte de la historia más reciente de España. Pues yo casi me veo otra vez en esos tiempos esta semana pasada, mientras veía en la tele al reaparecido Padrecito Murcia y sus empleados.
Antonio Murcia, de IU, volvió a gritar el histórico eslógan pidiendo amnistía ... para los infractores urbanísticos. Cómo cambian los tiempos, de pedir la liberación de los presos políticos a argumentar en público que lo mejor que se puede hacer con aquello tan manido del fin social de la propiedad es ignorarlo.
Izquierda Unida, por boca de su líder carismático, nos quiere hacer creer que todos los expedientes urbanísticos sancionadores corresponden a pobrecitos jubilados que tienen míseras pensiones. Se olvida de las mansiones construidas ilegalmente, de la invasión de cauces y arroyos y de la desfachatez de muchos de los que construyeron, absolutamente a sabiendas, viviendas sin licencia, sin contribuir a la sociedad por su enriquecimiento y en ocasiones con claro interés especulativo.
Es verdad que la administración ha sido permisiva y ha mirado para otro lado durante todo este tiempo, y también es verdad que hay casos en los que el uso y las circunstancias en las que se construyeron las viviendas harían posible la legalización de las mismas. Sin embargo, eso no puede hacernos olvidar que no es así en todos los casos y que incluso esos que podrían legalizar también se saltaron la norma en su momento. Y deben pagar por ello.
Impongamos el imperio de la ley, hagamos que la propiedad cumpla su objetivo para con la comunidad. Por supuesto, con la sensibilidad social que se merecen los pensionistas pobres y los pobres en general. Sólo ellos, claro.
No, tovarich Murcia, no es esa la libertad y amnistía por la que se peleaba hace treinta años. Aunque ya sabemos que el izquierdista olvidó hace tiempo sus ideales, desde que se instaló cómodamente en el marxismo-ladrillismo inmobiliario ... ¿Alarcón?. Ni sabe, ni contesta.
Antonio Murcia, de IU, volvió a gritar el histórico eslógan pidiendo amnistía ... para los infractores urbanísticos. Cómo cambian los tiempos, de pedir la liberación de los presos políticos a argumentar en público que lo mejor que se puede hacer con aquello tan manido del fin social de la propiedad es ignorarlo.
Izquierda Unida, por boca de su líder carismático, nos quiere hacer creer que todos los expedientes urbanísticos sancionadores corresponden a pobrecitos jubilados que tienen míseras pensiones. Se olvida de las mansiones construidas ilegalmente, de la invasión de cauces y arroyos y de la desfachatez de muchos de los que construyeron, absolutamente a sabiendas, viviendas sin licencia, sin contribuir a la sociedad por su enriquecimiento y en ocasiones con claro interés especulativo.
Es verdad que la administración ha sido permisiva y ha mirado para otro lado durante todo este tiempo, y también es verdad que hay casos en los que el uso y las circunstancias en las que se construyeron las viviendas harían posible la legalización de las mismas. Sin embargo, eso no puede hacernos olvidar que no es así en todos los casos y que incluso esos que podrían legalizar también se saltaron la norma en su momento. Y deben pagar por ello.
Impongamos el imperio de la ley, hagamos que la propiedad cumpla su objetivo para con la comunidad. Por supuesto, con la sensibilidad social que se merecen los pensionistas pobres y los pobres en general. Sólo ellos, claro.
No, tovarich Murcia, no es esa la libertad y amnistía por la que se peleaba hace treinta años. Aunque ya sabemos que el izquierdista olvidó hace tiempo sus ideales, desde que se instaló cómodamente en el marxismo-ladrillismo inmobiliario ... ¿Alarcón?. Ni sabe, ni contesta.
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