lunes, septiembre 24, 2007

En el cole

No les creas. Todo es una conjura judeo masónica. Así se lo dijo el brazo incorrupto de Santa Fuente de María Gil a nuestra primera y más importante cabeza cuando el hombre andaba preocupado por las manifestaciones y algarabías de los padres de esos niños tan gritones que no están en los colegios de la privada.


El, como casi siempre, no tenía ni idea de lo que estaba pasando, le reventaba en las manos el fruto de muchos años de inoperante gestión educativa en la que los gestores casi siempre han pertenecido a su partido y han mirado para otro lado mientras no se prestaba atención al incremento de población en edad escolar o al envejecimiento de los centros escolares.


Competencia exclusivamente municipal es el mantenimiento de los colegios en el mejor estado posible. Como también es competencia municipal el facilitar a la Junta de Andalucía los terrenos adecuados para crecer en equipamiento educativo al mismo ritmo que las necesidades. En ambos casos la respuesta de la administración local ha sido la dejadez, inoperancia y desconocimiento por parte de unas responsables que se mantienen en el cargo pese a los reiterados fracasos y el rechazo de la mayoría de la comunidad educativa.


Los colegios han estado dejados de la mano de dios, los padres han sido ignorados cuando no directamente engañados y las políticas sociales han sido siempre las hermanas pobres de gobiernos de mentalidad débil, inteligencia escasa y con los ojos puestos en negocios inmobiliarios y convenios urbanísticos que, a primera vista, no han dejado apreciables compensaciones en la ciudad.


El que les escribe ha participado muy directamente en la vida de las asociaciones de padres y ha cumplido un mandato de miembro de Consejo Escolar. Digamos que he sufrido directamente la pericia de los responsables educativos municipales. Lo que no sabía era que desde esos órganos escolares podía uno conjurarse contra los gobiernos. Desconocía que los padres son tan manipulables como nos quiere presentar el Sr. Barrientos. Quizá piensa que todos son como él mismo...

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