Está revuelto el pueblecito con la noticia de que nuestro alcalde, el Notario,
será candidato del Partido Popular por Málaga en las próximas elecciones
generales. Es fácil oír opiniones diversas sobre si nos conviene o no a
nosotros, los esteponeros, que el Sr. García Urbano participe en los comicios
representando al Partido Popular. Estoy seguro que muchos piensan, encabezados
por él mismo, que no hay nadie mejor para sustituirle y por eso ya ha adelantado
que en caso de resultar elegido no abandonará la Alcaldía.
A mí,
permítanme que les diga, me parece que cualquiera de los que le siguen será
capaz de hacerlo tan mal como él y defender el interés especulativo de las
empresas concesionarias y los grandes corporaciones financieras exactamente
igual que hasta ahora se ha estado haciendo. También, cualquiera, será capaz de
colocar algunas macetas mientras se entierra el dinero público en remodelaciones
de calles que son parches, como las recientes lluvias han venido a demostrar.
Además, y conociéndole, seguro que desde Madrid será capaz de intervenir en
interés de sus asociados comerciales e inmobiliarios con el mismo descaro que lo
ha estado haciendo tanto en nuestra localidad como Marbella durante los años del
GIL y el GIL ampliado que ha supuesto el gobierno de Ángeles Muñoz en la ciudad
vecina.
Así, y aunque no recibiese atención mediática del mismo nivel,
su sucesor también podría mentir a la población inventándose el fin de la
estacionalidad en la industria turística o lanzar cantos de sirena respecto a
multimillonarias inversiones generadoras de miles de puestos de trabajo en el
sector de la construcción. Porque es fácil mentir, e incluso visto lo visto no
resulta muy complicado convencer al elector de que se ha producido la
recuperación económica cuando los datos dicen que la supuesta mejoría no llega a
suponer más que el habitual y estacional incremento de las precarias
contrataciones veraniegas.
Tampoco cambiará la posición municipal
respecto a nuestra Sierra Bermeja, que esta semana será actualidad en toda la
comarca por el inicio de una campaña en defensa de su declaración como Parque
Nacional. Hace unos días conocí que el Sr. García Urbano solicitó nada más
llegar un informe jurídico para estudiar la posibilidad de su enajenación, total
o en concesión, de los montes de propios de Estepona y como ya conocemos su
voraz apetito inmobiliario es previsible que si puede pegar ese mordisco no lo
dejará escapar ni siquiera desde la Carrera de San Jerónimo. Desde luego, por
parte de ellos no se moverá ni un dedo en ampliar la defensa de nuestro espacio
natural.
Así, y en un tono menor pero no menos importante por lo que
significa de prepotencia y abuso, seguirá siendo posible que con dinero público
se paguen 14.000 euros a un amigo, sin concurso y sin justificación, por la
venta de un busto del Sr. Borbón Grecia, aunque haya que convencer a toda una
Diputación Provincial que se hace por “razones
sociales y humanitarias”.
Con todo, y visto lo previsible que puede
ser el futuro, lo que no deja de sorprenderme es la capacidad que tiene nuestro
Alcalde de incrementar un grado más egolatría cada día que pasa. Estos días,
hablando del tema que nos ocupa y refiriéndose a sí mismo, ha dicho “es un
orgullo para todos que el Alcalde de Estepona esté en el Congreso de los
Diputados”. Lo siento, pero sin colocar un “casi” delante del “todos” es mucho
suponer que estaremos orgullosos de tenerle en Madrid. Que conste que no
desmerecerá mucho en las filas populares, plagadas de escándalos de corrupción,
e investigados por el dinero que se han gastado y se gastarán en la campaña
electoral. No, él da la talla perfectamente en ese grupo de diputados. Pero de
ahí a que eso nos suponga un orgullo va un trecho bastante largo, Sr. Notario.
Aunque voy a tener un gesto de compasión hacia él. Debe ser muy difícil
vivir rodeado de aduladores, pelotas, interesados y gañanes sin que nadie se
atreva a decirle que va desnudo. Eso debió pasarle cuando aquel ridículo paseo
en descapotable durante la etapa de la Vuelta a España. Esa etapa que consiguió
20 segundos de transmisión televisiva para Estepona y que nunca sabremos cuánto
nos costó. Sin duda, más que el traje nuevo de un emperador.
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