La utilización de las paredes en las calles de nuestra ciudad como murales
artísticos me pareció, antes de comenzar su proliferación, una excelente idea.
Sí, una muy buena idea que en otras ciudades ha conseguido cambiar espacios con
estética deprimente en auténticos museos al aire libre.
A veces, algo mucho mejor que eso. Lejos de la frialdad de un museo, la calle se convertía en expresión viva de inquietudes culturales. La mezcla de la innovación artística, ebullición de ideas y jóvenes talentos, casi siempre eran jóvenes, conseguía despertar en los vecinos y los visitantes la mejor de las experiencias que el arte puede proporcionar.
Sin embargo, cuando ya han pasado unos meses desde la primera pintura en una de nuestras calles ha quedado patente algo que nos lleva a ser profundamente pesimista sobre el conjunto de lo actuado. Si algo en común tiene la idea puesta en práctica en Estepona con lo desarrollado en esas ciudades pioneras en el arte callejero es el soporte que se ha utilizado: Esos muros medianeros, sobre los que en Estepona solo se han pintado medianerías.
Resulta deprimente observar la sucesión de imágenes tópicas y típicas que, pese a que un observador muy indulgente calificaría de arte naif, solo son dibujos mal realizados. Con escaso interés artístico, mucha caspa y nula riqueza técnica. También hay un caso de mural, el de Hello Kitty, que en cualquier país civilizado acabaría con su autor y todos los que lo han perpetrado en prisión, por atentado al buen gusto. En Estepona, y salvo algún caso puntual, que siempre existe para confirmar la regla, la inmensa mayoría de los trabajos no vale ni el coste de la pintura con el que están realizados.
Aunque, y no es una contradicción sino lo habitual, pese a que no valen nada nos costarán mucho al bolsillo de los esteponeros. Se ha revelado que algunos de los murales han supuesto desembolsos de 6.000 euros o más, directamente de las cuentas municipales. En otros, mucho más preocupantes por lo que la historia nos cuenta, el primer edil y sus acólitos han recurrido a la fórmula “coste cero” para aludir a la participación de una empresa privada en el pago al “artista” de turno. Cabe sospechar, de manera legítima, que estos otros murales nos saldrán mucho más caros, por las contrapartidas que las empresas conseguirán a cambio del favorcillo pagado.
En una de las infumables inauguraciones a las que nos tiene acostumbrado nuestro alcalde, tuve ocasión de discutir con una pintora sobre el proceso de selección de las obras y los artistas. No sé qué mural ejecutó ella ni sobre qué paredón, pero sí que cuando le pregunté de qué forma accedió a tan jugoso encargo público solo pudo retirarse antes de confesar, quizá avergonzada, que la amistad con el Notario era su único aval.
Porque estos murales, arte callejero de gran valor en afortunadas ciudades de todo el mundo, deberían haberse elegido mediante concurso de ideas, abierto a tantos artistas de talento que seguro tenemos y que carecen de amigos en ningún ayuntamiento. Artistas que cobrarían lo que se estipulase de forma clara y transparente en esos concursos. Es habitual, también en otras ciudades, que los concursos de arte para colocar en las calles cuenten con jurados cualificados y también con un jurado popular. En una exposición pública de los bocetos, todo el mundo puede opinar sobre lo que cree mejor para su calle o plaza.
Aunque, como ya sabemos, estaríamos hablando de arte, de cultura y de democracia participativa. Nada que ver con el triste mamoneo al que el ególatra notario nos tiene acostumbrados.
A veces, algo mucho mejor que eso. Lejos de la frialdad de un museo, la calle se convertía en expresión viva de inquietudes culturales. La mezcla de la innovación artística, ebullición de ideas y jóvenes talentos, casi siempre eran jóvenes, conseguía despertar en los vecinos y los visitantes la mejor de las experiencias que el arte puede proporcionar.
Sin embargo, cuando ya han pasado unos meses desde la primera pintura en una de nuestras calles ha quedado patente algo que nos lleva a ser profundamente pesimista sobre el conjunto de lo actuado. Si algo en común tiene la idea puesta en práctica en Estepona con lo desarrollado en esas ciudades pioneras en el arte callejero es el soporte que se ha utilizado: Esos muros medianeros, sobre los que en Estepona solo se han pintado medianerías.
Resulta deprimente observar la sucesión de imágenes tópicas y típicas que, pese a que un observador muy indulgente calificaría de arte naif, solo son dibujos mal realizados. Con escaso interés artístico, mucha caspa y nula riqueza técnica. También hay un caso de mural, el de Hello Kitty, que en cualquier país civilizado acabaría con su autor y todos los que lo han perpetrado en prisión, por atentado al buen gusto. En Estepona, y salvo algún caso puntual, que siempre existe para confirmar la regla, la inmensa mayoría de los trabajos no vale ni el coste de la pintura con el que están realizados.
Aunque, y no es una contradicción sino lo habitual, pese a que no valen nada nos costarán mucho al bolsillo de los esteponeros. Se ha revelado que algunos de los murales han supuesto desembolsos de 6.000 euros o más, directamente de las cuentas municipales. En otros, mucho más preocupantes por lo que la historia nos cuenta, el primer edil y sus acólitos han recurrido a la fórmula “coste cero” para aludir a la participación de una empresa privada en el pago al “artista” de turno. Cabe sospechar, de manera legítima, que estos otros murales nos saldrán mucho más caros, por las contrapartidas que las empresas conseguirán a cambio del favorcillo pagado.
En una de las infumables inauguraciones a las que nos tiene acostumbrado nuestro alcalde, tuve ocasión de discutir con una pintora sobre el proceso de selección de las obras y los artistas. No sé qué mural ejecutó ella ni sobre qué paredón, pero sí que cuando le pregunté de qué forma accedió a tan jugoso encargo público solo pudo retirarse antes de confesar, quizá avergonzada, que la amistad con el Notario era su único aval.
Porque estos murales, arte callejero de gran valor en afortunadas ciudades de todo el mundo, deberían haberse elegido mediante concurso de ideas, abierto a tantos artistas de talento que seguro tenemos y que carecen de amigos en ningún ayuntamiento. Artistas que cobrarían lo que se estipulase de forma clara y transparente en esos concursos. Es habitual, también en otras ciudades, que los concursos de arte para colocar en las calles cuenten con jurados cualificados y también con un jurado popular. En una exposición pública de los bocetos, todo el mundo puede opinar sobre lo que cree mejor para su calle o plaza.
Aunque, como ya sabemos, estaríamos hablando de arte, de cultura y de democracia participativa. Nada que ver con el triste mamoneo al que el ególatra notario nos tiene acostumbrados.
14 comentarios:
A día de hoy solo un mural me ha llamado la atencion por su calidad y es el del pescador que ocupa 4 o 5 fachadas en Isabel Simon. Los demás (en mi opinion) son puras pinturas baratas con poca gracia. La de San Isidro por ejemplo o la de frente de la cooperativa son de las peores desde luego.
Estoy totalmente de acuerdo con esto, es más, sobre todo personalmente dolida por esa ultima parte que nos refiere a los artistas, no ya a mi ínfimo nivel, no pido tener mi espacio porque no haría nada mejor, si no por todos esos jóvenes que han tenido que pintar y pintar murales gratuitamente hasta terminar huyendo de este pueblo para poder tener un mínimo de reconocimiento. No se cuenta para nada con los artistas para este "proyecto", y eso da mucha pena cuando algunos de ellos han expuesto en galerías incluso más importantes que esas tristes fachadas. Indignación.
No sabiamos que el insigne Gerardo era tambien critico de arte. Yo tampoco defiendo a capa y espada a todos los artistas pero calificar de esa forma despectiva la totalidad de los murales te califica como persona. Seguro que tu los hubieses pintado mejor. La ignorancia es atrevida
Lo de Hello Kitty es lo más Hortero q he visto nunca vaya tela q Cateta la peluquera
Pinto,exactamente murales ademas, soy de Estepona, y me exilie en su día para seguir pintando por que mi pueblo no tenia interes en la cultura en aquellos días, era mucho mas divertido construir,blanquear y desviar fondos...Volví, sigo pintando,y 20 dias mas tarde me fui por que tenia mas trabajo fuera que en mi propio pueblo. Dicen por ahí que en tierra de otro uno es profeta, pero en mi caso, era mas bien algo como "jugar en casa es ser el un sector minúsculo de la hierba del césped", osease, el que pone el formato y los demás juegan mientras sobre el...Doy soberanas gracias a mi querido pueblo, por que sin su mierda de interés artístico, me va de la puta ostia fuera.
Me parece que los encargados del proyecto, pertenecen a la "new infants school",¿no?..
Creo que no hace falta ser un critico de arte, como anteriormente han comentado, para poder valorar la escasa o nula creatividad y calidad de los trabajos realizados en casi la totalidad de los murales.
De lo de la Jelou Kiti ya ni hablemos. ¿Habrán pagado los derechos de imagen? Ese sería otro tema.
Si a todo esto le sumamos el chanchullerío entre "artistas" elegidos electricamente (por enchufe) o táctil (a dedo) consistorio y Partido Popular, además de las facturas (tanto de las que habla Gerardo que he podido ver con mis propios ojos, como las de "coste cero" que esas son las que no veremos hasta dentro de unos años, y solo quien tenga los ojos abiertos para querer verlas), no es que de pena, da vergüenza.
Y no vergüenza por el sin vergüenza que ejecuta esas políticas, sino por el pueblo, mi pueblo, que no es capaz de plantarle cara.
Suscribo punto por punto lo que dice ANÓNIMO. Espero que te vaya MUY BIEN por ahí, ya que aquí no sabemos valorar tu talento. trabubu, a éstos no hay que plantarle cara, hay que plantarle MAScara.
Como estoy de acuerdo con la mayoría de los anónimos y también con Trabu y Usero, no voy a abundar en lo que ellos dicen. Pero hay otro "anónimo" que suelta la patada en la boca sin enseñar quién lleva la bota puesta. Pues bien, para él, también voy a permitirme calificarle. Mira, chico, no sabes leer. No he dicho que TODOS los murales fuesen malos, de hecho literalmente escribo "En Estepona, y salvo algún caso puntual, que siempre existe para confirmar la regla". Es decir, que hay alguno que se salva. En mi opinión de lego artístico no es el del pescador, sino uno en blanco y negro cerca también de Mar y Sierra, y puede que algún otro más. Así que nuestro anónimo pateador debería aprender a leer, al menos antes de calificar personalmente a ningún comentarista político. De nada, chaval.
Estoy de acuerdo y suscribo todo lo dicho por el Sr.Galan. Solo añadir que ya no es tanto la calidad artistica de los muralitos como su necesidad. Hay 10.000 parados en Estepona!. Diez mil razones, hoy, más importantes que que fachadas con brochazos y calles con tiestos que ya se estan secando. Un saludo
Yo lo que veo, es que como todos los murales, que repito, no estoy en contra de ninguno, pero si de como se iluminan, aqui las normas ni se preguntan como hay o como tienen que estar esas luces. Pero claro si quien tiene que dar ejemplo se las pasa por el arc du triunf.
Buen artículo, pero el mural de la gatita es comercial, un mural comercial pagado por un privado en un espacio privado. El arte es subjetivo y no hay nada que sea bello u horrible,es la mirada del espectador la que adjudica valor artístico de la obra que contempla. Inés G
entonces, si yo quiero hacer un mural en el centro historico en una fachada mia, me dejan? errooooooor hay una maravillosa ordenanza que no permite la pintura o la alteracion de fachadas dentro del casco historico...
El mural de Kitty es solo un ejemplo de los despropósitos. Está en la pared de un particular, puede ser. Contó con el apoyo municipal, sin duda. La perpretadora es la pintora favorita del alcalde, que suma otros dos atentados a ese, y se usaron medios de la concesionaria Ortiz Sice para la elaboración. ¿Quién permitió todo eso? Además, el alcalde asistió a la inauguración y el mural está incluido en el recorrido oficial de murales que publicita el ayuntamiento. No es cierto que el arte sea algo absolutamente subjetivo, hay muchos parámetros objetivos que cualquiera que haya leído lo más mínimo conoce. Si no los hubiese cualquier garabato, los que pinto yo, serían arte. Y no lo son, te lo aseguro.
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