jueves, diciembre 12, 2013

Mandela

Publicado en VIVA Estepona Información el 07/12/2013



Ha muerto Nelson Mandela. Madiba, el gran luchador. Incansable, íntegro y entregado por la causa de la igualdad en la humanidad. Hay que recordar que, pese a lo que puedan y están contando los líderes mundiales, las televisiones y los periódicos, Nelson Mandela no solo luchó  por la igualdad entre negros y blancos. Tan importante como su lucha contra el racismo fue la que mantuvo por la igualdad entendida como superación de la injusticia social y económica.

Por eso, por intentar obviar el contenido profundamente socialista tanto de su pensamiento como del de su partido, el ANC, me resulta doloroso leer panegíricos emitidos por gobernantes como Obama, presidente de un país que hasta 2008 mantenía a Nelson Mandela en la lista de terroristas. O a esos miembros de la familia real británica, país que fue soporte político y económico del criminal régimen de Pretoria durante el apartheid.

De patéticas, por quien las pronuncia, cabe calificar las palabras del Sr. Borbón, que hoy calificaba a Mandela como “ejemplo de integridad y grandeza” envidiando quizá esas virtudes, por él mismo desconocidas. Gobernantes hipócritas, que se ven obligados a elogiar a aquel al que desearon encarcelado o muerto durante décadas, aunque solo consiguieron engrandecer su memoria. Vaya desde aquí  mi más sentido homenaje al gran Madiba, compañero, que la tierra te sea leve.

Este comportamiento de los políticos en activo, la hipocresía, es una de las causas de la creciente desafección que se vive respecto a la Política en mayúsculas. Esa que permite cambiar el mundo, transformarlo, convertir la injusticia en justicia y practicar la solidaridad en lugar del egoísmo. Eso que nos enseñaron Mandela y otros como él.

Sin embargo, lo generalizado es lo contrario. Esta semana tenía intención de clamar contra aquellos que se llaman socialistas en nuestro país y que hace décadas que aparcaron las ideas que les dan nombre, abrazando de forma insolente y perversa las prácticas contra las que dicen luchar. 

H e de reconocer que tengo muchos conocidos entre las filas del PSOE, y a algunos y algunas les considero amigos. Así, no es extraño que cuando tropiezo con cualquiera de ellos,  PSOE en la calle, o debatiendo en televisión, todos estén contra la reforma constitucional del merkelazo, contra los recortes incluidos los de Zapatero o contra la regresión democrática. Todos, también, se declaran laicos –algunos se atreven con el ateísmo–  y republicanos.

Sin embargo, la realidad del partido al que pertenecen es otra. Una con la que conviven perfectamente y que no les produce ningún rechazo. El PSOE es el que esta semana presentó una propuesta para revisar los acuerdos con el Estado Vaticano pese a que han gobernado más de 20 años en perfecta armonía con la depredadora Iglesia Católica, y a la que solo ahora, cuando están en la oposición como recordaba el Obispo Catalá, se atreven a señalar.

Un partido que aprueba por amplísima mayoría respaldar una institución monárquica que nunca tuvo que ser apoyada desde el socialismo –culpables el PSOE y el PCE de la transición– pero que en este momento, al descubierto sus tejemanejes, deberíamos  aprovechar los ciudadanos más conscientes, los socialistas, para repudiarla definitivamente.

Esa agrupación política es la misma que desenmascara al gobierno de García Urbano cuando pide un Estatuto para la RTV pública esteponera obviando que ha gobernado en nuestra ciudad tres períodos distintos por un total de 8 años. Aprovechándose obscenamente del poder que proporciona el control absoluto de un medio de comunicación pagado con dinero de todos. Ellos, como Obama o Guillermo de Inglaterra, son hipócritas, indignos de mencionar el nombre de Mandela.

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