La reforma laboral aprobada por el gobierno de la derecha es valiente. Sin lugar a dudas la más valiente de todas las emprendidas en el país desde que se instauró el presente régimen constitucional al que me niego a llamar democracia.
Es valiente porque afronta por derecho el mayor problema de nuestro país y lo va a dejar resuelto de forma impecable. Sí, Rajoy y la chupi pandi están siendo los más valientes, dando una lección de entereza que no se veía por la Piel de Toro desde que se apagó la lucecita del Pardo.
Antes era responsabilidad de los gobiernos socialistas la ejecución de los recortes sociales solicitados y exigidos por los auténticos poderes europeos, los bancos y las grandes corporaciones. Les tocaba a los socialistas por su supuesta ascendencia sobre trabajadores y sindicatos. Y ellos se comían el marrón de buen gusto, que nunca les importó más que su propio y personal status.
Sin embargo, en esta ocasión Súper Rajoy ha acometido el mayor recorte de derechos sociales jamás perpetrado, y lo ha hecho desde la derecha, sin miedo alguno a la reacción del pueblo para el que debería gobernar.
No espera contestación social el Gobierno de Rajoy. Entre los socialistas y ellos han conseguido casi extinguir la “clase trabajadora”, todos en el paro, y convertir a los trabajadores fijos en cosa del pasado. Ahora el despido es más libre y más barato. Encontrar trabajo supondrá aceptar condiciones cercanas a la esclavitud y todavía tendrán que estar contentos los afortunados porque no se les aplicará el derecho de pernada salvo en condiciones excepcionales.
Los sindicalistas, pendientes ellos mismos de sus propios derechos, tiemblan ante la responsabilidad de convocar una huelga general que no tendrá el respaldo de los parados, siempre en huelga, ni de los activos, acojonados ante la que se les viene encima. Ya sé que no está bonito decir estas cosas cuando ocurre una desgracia, pero no puedo evitar pensar en esos trabajadores que votaron a la derecha y recordarles que quizá si lo hubiesen pensado antes ahora no estaríamos así.
Es valiente porque afronta por derecho el mayor problema de nuestro país y lo va a dejar resuelto de forma impecable. Sí, Rajoy y la chupi pandi están siendo los más valientes, dando una lección de entereza que no se veía por la Piel de Toro desde que se apagó la lucecita del Pardo.
Antes era responsabilidad de los gobiernos socialistas la ejecución de los recortes sociales solicitados y exigidos por los auténticos poderes europeos, los bancos y las grandes corporaciones. Les tocaba a los socialistas por su supuesta ascendencia sobre trabajadores y sindicatos. Y ellos se comían el marrón de buen gusto, que nunca les importó más que su propio y personal status.
Sin embargo, en esta ocasión Súper Rajoy ha acometido el mayor recorte de derechos sociales jamás perpetrado, y lo ha hecho desde la derecha, sin miedo alguno a la reacción del pueblo para el que debería gobernar.
No espera contestación social el Gobierno de Rajoy. Entre los socialistas y ellos han conseguido casi extinguir la “clase trabajadora”, todos en el paro, y convertir a los trabajadores fijos en cosa del pasado. Ahora el despido es más libre y más barato. Encontrar trabajo supondrá aceptar condiciones cercanas a la esclavitud y todavía tendrán que estar contentos los afortunados porque no se les aplicará el derecho de pernada salvo en condiciones excepcionales.
Los sindicalistas, pendientes ellos mismos de sus propios derechos, tiemblan ante la responsabilidad de convocar una huelga general que no tendrá el respaldo de los parados, siempre en huelga, ni de los activos, acojonados ante la que se les viene encima. Ya sé que no está bonito decir estas cosas cuando ocurre una desgracia, pero no puedo evitar pensar en esos trabajadores que votaron a la derecha y recordarles que quizá si lo hubiesen pensado antes ahora no estaríamos así.
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