sábado, febrero 04, 2012

Masa Crítica


Publicado en Estepona Información el 04/02/2012

Dice wikipedia que la masa crítica es “es una celebración ciclista que tiene lugar todos los meses en numerosas ciudades del mundo. Su finalidad es reivindicar una mayor presencia de las bicicletas en las ciudades para reducir las molestias que causa el tráfico motorizado: ruido, contaminación, atascos, inseguridad...” Nada transgresora, exenta de perversas intenciones y planteando reivindicaciones tan racionales que incluso están “de moda”.

Tan de moda que no hay político que no hable de potenciar el uso de la bicicleta. De boquilla, claro. Porque luego está la práctica habitual de los gobiernos según sus capacidades normativas. Los gobiernos nacionales fomentan la industria del automóvil subvencionando los vehículos a gasoil de forma desvergonzada y contraria a lo que cuentan cuando de “medio ambiente” hablan. Primando las infraestructuras de carreteras frente al tren y potenciando el consumo de combustibles fósiles en lugar de la investigación e inversión en energías renovables y más limpias.

Los gobiernos locales hacen exactamente lo mismo. Hablan de calmado de tráfico y la bondad de la bici mientras en las infraestructuras nuevas renuncian a incorporar y facilitar su uso y en las reformas solo piensan en el tráfico de los vehículos a motor.

En Estepona un grupo de ciclistas celebra cada mes su Masa Crítica, intentando circular de forma respetuosa y ordenada por aquellos lugares que la Ley de Tráfico señala para las bicis. Las calles de las ciudades están hechas para ellas, además de para las motos y coches por mucho que alguno se empeñe en negarlo.

En la anterior etapa de Masa Crítica esteponera, (entre 2007 y 2009) jamás ocurrió ningún incidente. Cada mes entre 50 y 100 ciclistas circulaban de forma ordenada y divertida por la ciudad conviviendo perfectamente con peatones y automóviles. La Masa Crítica actual, retomada en noviembre de 2011, ha visto retrasada su salida dos veces por una mal entendida actitud protectora de la Policía Local. Desconocemos el origen de ese afán protector, pero estamos seguros que resulta innecesario y contraproducente.

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