lunes, marzo 07, 2011

Inocencia perdida

Publicado en Estepona Información el 05/03/2011

El Sr. Crespo se duele de las puñaladas en la espalda que recibe de los políticos locales. Yo, la verdad, imagino esas actitudes más propias de otros compañeros del Sr. Crespo posiblemente acostumbrados a tan patibularios comportamientos. Sin hacer exhaustivo ejercicio de memoria nombraré a compañeros suyos que han resultado criminales tan significados: Los Sres. Juan Antonio Roca y Julián Muñoz o su mentor y espejo, el fallecido Sr. Jesús Gil. Me cuesta creer que entre personas decentes saquemos las navajas ni tan siquiera de forma metafórica. Aunque también sé que en el círculo habitual de este Sr. será habitual compartir recuerdos de galería carcelaria y, supongo, recurrir a figuras verbales propias ese mundillo.

Desde luego, de los verdes de Estepona y particularmente de éste que les escribe no se quejará de golpes a traición, que todos los que merecidamente le hemos infringido han sido a cara descubierta y por derecho. Aunque no descarto que haga referencia a otros políticos acostumbrados a adoptar acuerdos secretos, tomados fuera de los órganos legítimos del poder y que habitualmente se negocian de forma oscura en restaurantes de lujo y habitaciones de cinco estrellas. Esas cuestiones, por las que anda el hombre imputado, esperamos que se aclaren pronto en sede judicial.

No me negarán que tiene su gracia el señorito, se le acumulan sentencias del Tribunal de Cuentas y el Tribunal Supremo obligándole a devolver a Estepona importes ingresados directamente a su bolsillo de forma injustificada y se permite hacer jueguecitos pseudo literarios respecto a caracolas en la arena y churros con café.

La ciudadanía esteponera no es culpable de puñaladas, sino de acoger en su seno como uno más al que únicamente atesora en su currículum político amistades con delincuentes, condenas e imputaciones judiciales. Esperemos que los esteponeros hayan perdido, ellos sí, la inocencia y la candidez que les llevaron a confiar en personajes como usted. Ah, y también confiamos en que pague a mi pueblo si no todo, al menos por lo que ha sido ya condenado.

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