El irresponsable anuncio de la Junta de Andalucía de su intención de “regularizar” 11.000 viviendas en la Axarquía ha desatado una fiebre peligrosa en toda la comunidad. Raro es el municipio andaluz que no tiene un número importante de edificaciones fuera de ordenación urbanística con propietarios deseosos de legalizar situaciones que ellos mismos provocaron.
En Estepona el PP ya anunció su revolucionaria forma de acabar con los famosos “campitos”. Urbanizarlo todo, hasta el mismísimo Paseo de los Pinsapos si era necesario. Viales, redes de saneamiento, de abastecimientos, cesiones obligatorias, aprovechamientos medios, 30% de VPO y sometimientos a juntas de compensación en las que una vez más mandarían, eso sí que no es novedad, los más ricos.
También, y supongo que como efecto secundario nada desdeñable, imagino que los populares habrían imaginado un incremento notable en los honorarios de notarías y registros de la propiedad. Por aquello de revitalizar la economía, claro. Como ven, una solución definitiva para los campitos. Convertirlos en ciudad de un plumazo.
La Junta, de forma aparentemente más civilizada también pretende casi lo mismo. Legislando tras el batacazo judicial que un procedimiento instado por Los Verdes de Andalucía en Frigiliana les ha provocado, vienen a plantear una amnistía que perjudica claramente al conjunto de los ciudadanos.
Porque entre las muchas aristas que la cuestión tiene, la de la igualdad de todos ante la ley queda completamente menoscabada si permitimos que el infractor se vaya de rositas, con su casita, chalé, o urbanización ilegalmente construida mientras los demás nos vemos rivados del fin social que la constitución marca para la propiedad privada.
A mis convecinos de la Plataforma Vecinal tendremos que recordarles que no todo vale, y nos tocará demandarles responsabilidad en lugar de regalarles el oído diciéndoles todo lo que ahora quieren oír. Porque estaremos con ellos, sí. Uno a uno y exigiendo la integridad del territorio, el respeto a la naturaleza y el cumplimiento de las leyes. Pero no habrá café para todos.
En Estepona el PP ya anunció su revolucionaria forma de acabar con los famosos “campitos”. Urbanizarlo todo, hasta el mismísimo Paseo de los Pinsapos si era necesario. Viales, redes de saneamiento, de abastecimientos, cesiones obligatorias, aprovechamientos medios, 30% de VPO y sometimientos a juntas de compensación en las que una vez más mandarían, eso sí que no es novedad, los más ricos.
También, y supongo que como efecto secundario nada desdeñable, imagino que los populares habrían imaginado un incremento notable en los honorarios de notarías y registros de la propiedad. Por aquello de revitalizar la economía, claro. Como ven, una solución definitiva para los campitos. Convertirlos en ciudad de un plumazo.
La Junta, de forma aparentemente más civilizada también pretende casi lo mismo. Legislando tras el batacazo judicial que un procedimiento instado por Los Verdes de Andalucía en Frigiliana les ha provocado, vienen a plantear una amnistía que perjudica claramente al conjunto de los ciudadanos.
Porque entre las muchas aristas que la cuestión tiene, la de la igualdad de todos ante la ley queda completamente menoscabada si permitimos que el infractor se vaya de rositas, con su casita, chalé, o urbanización ilegalmente construida mientras los demás nos vemos rivados del fin social que la constitución marca para la propiedad privada.
A mis convecinos de la Plataforma Vecinal tendremos que recordarles que no todo vale, y nos tocará demandarles responsabilidad en lugar de regalarles el oído diciéndoles todo lo que ahora quieren oír. Porque estaremos con ellos, sí. Uno a uno y exigiendo la integridad del territorio, el respeto a la naturaleza y el cumplimiento de las leyes. Pero no habrá café para todos.
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