Dicen del candidato popular que “piensa en verde” porque habla de plantar 7.000 árboles en el término municipal, y esa es la mayor de sus propuestas medioambientales. En una lectura precipitada, parecería una propuesta positiva, a imitar y apoyar.
Yendo un poco más allá nos encontramos con que incluye su proyecto especies extrañas a nuestra tierra como la tipuana, de origen sudamericano y poco recomendable en calles y avenidas por la agresividad de sus raíces. Y si continuamos leyendo nos encontramos con la famosa coletilla del coste cero. Ya estamos más que acostumbrados a que los costes cero supongan enriquecimiento ilícito de unos cuantos en detrimento del conjunto de la comunidad.
Sin embargo, y más allá de lo discutible del modelo de ajardinamiento, nos llama la atención la facilidad en colocarse la etiqueta “verde” o “ecológico” cuando hablan de colocar cuatro macetas en las calles del centro.
El Sr. García Urbano y su P.P. anuncia su furor “ecologista” al mismo tiempo que mantienen como solución para los campitos la urbanización como solución del problema. Sin discriminar tamaño, uso o relevancia paisajística se insiste desde la derecha esteponera, rancia incluso a la sombra de una tipuana, que hay que convertir en urbanos todos los territorios municipales invadidos de facto por la voracidad constructora de esos ciudadanos que han levantado mansiones en terrenos inundables o sobre vías pecuarias públicas.
Las políticas medioambientales no se ciñen al número de jardines ni a la gestión de los residuos sólidos urbanos. Incluyendo una adecuada gestión de la ciudad, en un municipio como el nuestro lo principal es preservar el mayor de nuestros tesoros: Nuestro magnífico entorno natural. Y es desde un planeamiento urbanístico riguroso, que reconozca la naturaleza finita de los recursos, alejado de crecimientos antinaturales, defensor del paisaje, que fomente las potencialidades agrícolas y ganaderas y que pelee de forma incansable por preservar para siempre Sierra Bermeja, las dunas de Saladillo, los arroyos y playas como se harán políticas “verdes”.
Yendo un poco más allá nos encontramos con que incluye su proyecto especies extrañas a nuestra tierra como la tipuana, de origen sudamericano y poco recomendable en calles y avenidas por la agresividad de sus raíces. Y si continuamos leyendo nos encontramos con la famosa coletilla del coste cero. Ya estamos más que acostumbrados a que los costes cero supongan enriquecimiento ilícito de unos cuantos en detrimento del conjunto de la comunidad.
Sin embargo, y más allá de lo discutible del modelo de ajardinamiento, nos llama la atención la facilidad en colocarse la etiqueta “verde” o “ecológico” cuando hablan de colocar cuatro macetas en las calles del centro.
El Sr. García Urbano y su P.P. anuncia su furor “ecologista” al mismo tiempo que mantienen como solución para los campitos la urbanización como solución del problema. Sin discriminar tamaño, uso o relevancia paisajística se insiste desde la derecha esteponera, rancia incluso a la sombra de una tipuana, que hay que convertir en urbanos todos los territorios municipales invadidos de facto por la voracidad constructora de esos ciudadanos que han levantado mansiones en terrenos inundables o sobre vías pecuarias públicas.
Las políticas medioambientales no se ciñen al número de jardines ni a la gestión de los residuos sólidos urbanos. Incluyendo una adecuada gestión de la ciudad, en un municipio como el nuestro lo principal es preservar el mayor de nuestros tesoros: Nuestro magnífico entorno natural. Y es desde un planeamiento urbanístico riguroso, que reconozca la naturaleza finita de los recursos, alejado de crecimientos antinaturales, defensor del paisaje, que fomente las potencialidades agrícolas y ganaderas y que pelee de forma incansable por preservar para siempre Sierra Bermeja, las dunas de Saladillo, los arroyos y playas como se harán políticas “verdes”.
1 comentario:
Sr Galán, déjelo, nadie le hará caso. ¿Sabe lo que quiere la gente? Dinero, dinero, dinero, para construirse horteras mansiones ilegales, el coche más contaminante o irse de putillas. Por eso votó en masa a GIL y hará lo propio con estos. Olvídese y emigre, esta mierda de pueblo no lo merece. Lavapiés lo aguarda con los brazos abiertos y las bragas bajadas.
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