El escepticismo general entre la población ante el anuncio de un nuevo convenio, enésimo, respecto a la legendaria universidad de Estepona no nos puede sorprender. Ya llevamos muchas convocatorias electorales y cada una de ellas ha contado con el ruido universitario incluido.
Hace ya tiempo que desde estas páginas dijimos que la Universidad no es una aspiración de la clase política esteponera sino la excusa para la concreción de un negocio inmobiliario que siempre tendrá como objetivo el enriquecimiento de unos propietarios ajenos al espíritu de la herencia Nadal-Guerrero y que llevan décadas centrados únicamente en la maximización de sus beneficios empresariales.
Y una vez más se nos vuelve a presentar a escasos meses de las elecciones como ya realizada la que viene siendo mítica esperanza esteponera, su Universidad. Sin embargo, las coincidencias entre este anuncio y los anteriormente presentados son tantas que no nos queda más remedio que plantear una extremada cautela en la valoración.
Volvemos a ver sobre la mesa el misterioso “proyecto” de Barrientos y la UMA con una fantasmagórica licenciatura relativa al deporte, y sentados a los mismos actores implicados, el PSOE y los grupos financieros Unicaja e Hidalgo, ninguno de ellos caracterizado por su altruismo precisamente.
También, repitiendo esquemas que deberían ser absolutamente desterrados, nos encontramos con el oscurantismo de la negociación, el triunfalismo y la demagogia en la presentación y un intento de dificultar la comprensión de un documento complejo y que puede esconder justo lo único que no se nos cuenta en rueda de prensa: Las contraprestaciones que recibirán los propietarios actuales por tan desprendido y generoso convenio con nuestro Ayuntamiento.
Por si fuera poco, para llevar a buen término este convenio se contempla la imaginaria construcción de 6.500 viviendas para las que no hay mercado, necesidad ni futuros habitantes. Como nos pasó en los anuncios de Gil Marín, Caba, Rosa Díez y Barrientos, comprenderán que algunos tengamos la mosca tras de la oreja.
Hace ya tiempo que desde estas páginas dijimos que la Universidad no es una aspiración de la clase política esteponera sino la excusa para la concreción de un negocio inmobiliario que siempre tendrá como objetivo el enriquecimiento de unos propietarios ajenos al espíritu de la herencia Nadal-Guerrero y que llevan décadas centrados únicamente en la maximización de sus beneficios empresariales.
Y una vez más se nos vuelve a presentar a escasos meses de las elecciones como ya realizada la que viene siendo mítica esperanza esteponera, su Universidad. Sin embargo, las coincidencias entre este anuncio y los anteriormente presentados son tantas que no nos queda más remedio que plantear una extremada cautela en la valoración.
Volvemos a ver sobre la mesa el misterioso “proyecto” de Barrientos y la UMA con una fantasmagórica licenciatura relativa al deporte, y sentados a los mismos actores implicados, el PSOE y los grupos financieros Unicaja e Hidalgo, ninguno de ellos caracterizado por su altruismo precisamente.
También, repitiendo esquemas que deberían ser absolutamente desterrados, nos encontramos con el oscurantismo de la negociación, el triunfalismo y la demagogia en la presentación y un intento de dificultar la comprensión de un documento complejo y que puede esconder justo lo único que no se nos cuenta en rueda de prensa: Las contraprestaciones que recibirán los propietarios actuales por tan desprendido y generoso convenio con nuestro Ayuntamiento.
Por si fuera poco, para llevar a buen término este convenio se contempla la imaginaria construcción de 6.500 viviendas para las que no hay mercado, necesidad ni futuros habitantes. Como nos pasó en los anuncios de Gil Marín, Caba, Rosa Díez y Barrientos, comprenderán que algunos tengamos la mosca tras de la oreja.
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