Publicado en Estepona Información el 13/03/2010
Sorprende la prisa que tiene el equipo de gobierno en conseguir otro acuerdo urbanístico, en este caso respecto a los mal llamados terrenos “de la universidad”. Como todos los esteponeros sabemos y algunos malpensados sospechamos detrás del pomposo nombre se esconde otra operación especulativa de la que algunos espabilados pretenden sacar tajada, como siempre han hecho.
Pendientes de la adaptación del PGOU a la nueva Ley del Suelo. In albis, afortunadamente, el descabellado plan propuesto por Barrientos, Crespo y Bardají y en medio de la mayor crisis de la historia del siempre fluctuante mercado del ladrillo, no es fácil entender a qué viene esa urgencia en plasmar sobre el papel un convenio urbanístico que generará a los propietarios de los terrenos derechos importantes y pocas obligaciones con respecto a la ciudadanía esteponera.
Hay que recordar que los terrenos de la herencia Nadal-Guerrero no pertenecieron jamás al patrimonio público, aunque sí que forman parte de las maltratadas ilusiones de todos los esteponeros. Quizá sólo por eso, por el respeto que debemos tener a la colectividad, deberíamos conocer a estas alturas qué se está negociando hasta el último de los detalles, metro cuadrado y euro en juego. Sin embargo, a semejanza de las peores épocas, unos pocos tratan en restaurantes, devorando langostas y trasegando grandes vinos, el futuro crecimiento de la ciudad.
Que este crecimiento sea sostenido, adecuado a las necesidades de la población, respetuoso con las capacidades de la tierra y al mismo tiempo generador de economías alternativas y estables es una mera quimera conociendo a los protagonistas de esas comidas.
De una parte, el paracaidista expresamente enviado para cerrar esta operación, de otra un heredero intelectual de Jesús Gil y otros empresarios hechos a sí mismos y a costa de los demás. Con esos mimbres, la cosa no está para esperar que nos llueva el dinero a espuertas, sino más bien todo lo contrario. Aunque como siempre que se trata de pasta gansa, el apoyo unánime del pleno estará asegurado. Y las prisas, justificadas.
Sorprende la prisa que tiene el equipo de gobierno en conseguir otro acuerdo urbanístico, en este caso respecto a los mal llamados terrenos “de la universidad”. Como todos los esteponeros sabemos y algunos malpensados sospechamos detrás del pomposo nombre se esconde otra operación especulativa de la que algunos espabilados pretenden sacar tajada, como siempre han hecho.
Pendientes de la adaptación del PGOU a la nueva Ley del Suelo. In albis, afortunadamente, el descabellado plan propuesto por Barrientos, Crespo y Bardají y en medio de la mayor crisis de la historia del siempre fluctuante mercado del ladrillo, no es fácil entender a qué viene esa urgencia en plasmar sobre el papel un convenio urbanístico que generará a los propietarios de los terrenos derechos importantes y pocas obligaciones con respecto a la ciudadanía esteponera.
Hay que recordar que los terrenos de la herencia Nadal-Guerrero no pertenecieron jamás al patrimonio público, aunque sí que forman parte de las maltratadas ilusiones de todos los esteponeros. Quizá sólo por eso, por el respeto que debemos tener a la colectividad, deberíamos conocer a estas alturas qué se está negociando hasta el último de los detalles, metro cuadrado y euro en juego. Sin embargo, a semejanza de las peores épocas, unos pocos tratan en restaurantes, devorando langostas y trasegando grandes vinos, el futuro crecimiento de la ciudad.
Que este crecimiento sea sostenido, adecuado a las necesidades de la población, respetuoso con las capacidades de la tierra y al mismo tiempo generador de economías alternativas y estables es una mera quimera conociendo a los protagonistas de esas comidas.
De una parte, el paracaidista expresamente enviado para cerrar esta operación, de otra un heredero intelectual de Jesús Gil y otros empresarios hechos a sí mismos y a costa de los demás. Con esos mimbres, la cosa no está para esperar que nos llueva el dinero a espuertas, sino más bien todo lo contrario. Aunque como siempre que se trata de pasta gansa, el apoyo unánime del pleno estará asegurado. Y las prisas, justificadas.
1 comentario:
Querido Gerardo,
No lo puedes expresar más claro.
¨They are here for the beer...¨
No muestran ni el mínimo sentido común. Rapacidad, falta de
perspectiva, torpeza suma...
Da igual el color¿¿¿¿¿ Color¿¿¿¿
Son el pasado... están superados.
Gracias por la palabra y el testimonio.
Alguien debe decirlo.
Un saludo y nos vemos en la sierra.
Javier Usero.
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