La sección sindical de CC.OO de las empresas municipales de Estepona está animando a sus afiliados a presentar demanda individual contra el ayuntamiento por incumplimiento de los acuerdos que marcaban el calendario para la subrogación a la plantilla municipal.
No sé si el ayuntamiento está obligado a cumplir sus propios acuerdos municipales aunque únicamente sean, como éstos, de declaración de intenciones, pero es innegable que la decisión de CC.OO de judicializar el proceso de subrogación añadirá presión política a la ya de por sí apretada olla de lo laboral en el Ayuntamiento. Hay que tener en cuenta que por parte de las autoridades municipales se ha incumplido sistemáticamente todo lo tratado con los agentes sociales y muy especialmente lo negociado con CC.OO, auténtica impulsora del proceso de subrogación.
Así que no hay más que reconocer el legítimo derecho y la oportunidad de la acción que ahora emprenden sus militantes en aras a exigir lo prometido. Sin embargo, y si a la historia reciente nos remitimos, el proceso impulsado por las CC.OO viene viciado por una evidente falta de coherencia.
Comisiones Obreras participó, de forma activa e intencionada y de manera absolutamente consciente en lo que sabía positivamente que no era más que una farsa electoral y electoralista de los partidos del pleno municipal en mayo de 2007.
Así, pese a las advertencias de Los Verdes, único grupo que manifestó públicamente su posición contraria a un proceso de subrogación condenado al fracaso, hizo suyas las propuestas del gobierno de Antonio Barrientos, David Valadez y Manuel Reina como máximos defensores públicos de un falso proceso que engañó al conjunto de la ciudadanía y de forma especialmente grave a los trabajadores municipales.
En aquel momento fueron sus propios afiliados los que se dejaron arrastrar por cantos de sirena que les arrojaban a las urnas a votar a cualquiera de los conjurados en la gran mentira de la subrogación. Ahora, en vísperas de la previsible disolución de las empresas ¿contra qué acantilados arrastrará CC.OO a sus afiliados?
No sé si el ayuntamiento está obligado a cumplir sus propios acuerdos municipales aunque únicamente sean, como éstos, de declaración de intenciones, pero es innegable que la decisión de CC.OO de judicializar el proceso de subrogación añadirá presión política a la ya de por sí apretada olla de lo laboral en el Ayuntamiento. Hay que tener en cuenta que por parte de las autoridades municipales se ha incumplido sistemáticamente todo lo tratado con los agentes sociales y muy especialmente lo negociado con CC.OO, auténtica impulsora del proceso de subrogación.
Así que no hay más que reconocer el legítimo derecho y la oportunidad de la acción que ahora emprenden sus militantes en aras a exigir lo prometido. Sin embargo, y si a la historia reciente nos remitimos, el proceso impulsado por las CC.OO viene viciado por una evidente falta de coherencia.
Comisiones Obreras participó, de forma activa e intencionada y de manera absolutamente consciente en lo que sabía positivamente que no era más que una farsa electoral y electoralista de los partidos del pleno municipal en mayo de 2007.
Así, pese a las advertencias de Los Verdes, único grupo que manifestó públicamente su posición contraria a un proceso de subrogación condenado al fracaso, hizo suyas las propuestas del gobierno de Antonio Barrientos, David Valadez y Manuel Reina como máximos defensores públicos de un falso proceso que engañó al conjunto de la ciudadanía y de forma especialmente grave a los trabajadores municipales.
En aquel momento fueron sus propios afiliados los que se dejaron arrastrar por cantos de sirena que les arrojaban a las urnas a votar a cualquiera de los conjurados en la gran mentira de la subrogación. Ahora, en vísperas de la previsible disolución de las empresas ¿contra qué acantilados arrastrará CC.OO a sus afiliados?
1 comentario:
Querido Colega,
Ahi comparto una cosilla.
Pasalo.
http://blogs.diariosur.es/desde-miami/2010/3/5/primavera-febrero-bici-coral-gables-prima-puntata-
Un abrazo miamense.
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