martes, octubre 03, 2006

Efecto llamada


Emitido en SER Costa del Sol, 02/10/2006. Archivo sonoro.


Si estamos acostumbrados a que semanalmente se produzcan ruedas de prensa con los motivos más peregrinos, la de la semana pasada es, con diferencias, la que se lleva la palma. Una rueda de prensa con el Arquitecto Redactor del Plan General de Ordenación Urbana y los portavoces, y avanzadillas intelectuales, de los partidos del gobierno local.

Nos comunicaban, muy contentos, que el avance del Plan General se hará público próximamente. Escaso motivo, a mi parecer, para convocar una rueda de prensa plagada de tantos y tan importantes cerebros. O tal vez no, que posiblemente el motivo real fuese el de intentar contentar a esos que andan manifestándose por ahí reivindicando su justo derecho a la construcción ilegal y, de camino, a algún que otro incauto.

El Plan General, antes de su avance, a mí me parece una barbaridad, y lo digo sin conocerlo, lo digo tan sólo oyendo a nuestros próceres. Lo siento, pero me parece demencial un plan que pretende quintuplicar la población de Estepona en diez años. No me creo que haya por ahí doscientas cincuenta mil personas anhelando comprar viviendas de lujo para venirse a vivir a Estepona y convertirse en vecinos míos. Y si no son para ser habitadas, ¿para qué queremos 80.000 viviendas más?. Sospechen lo que quieran, pero no olviden que para construir y sostener esas viviendas hará falta cinco veces más agua, cinco veces más carreteras y cinco veces más asistencia sanitaria, colegios, etc. No voy a hablar del equipamiento cultural o deportivo, del que podríamos prescindir en esa progresión, cero por cinco sigue siendo cero.

La rueda de prensa contenía otras joyas. Como la de la promesa de “viviendas sociales”. Si la ley andaluza prevee un 30 % de vivienda protegida, habrá que construirlas para tener el 70% de las que dan pasta gansa. Es decir, unas 5.600 viviendas más y si las previsiones del Dr. Montesinos se cumplen “muchísimas más que se podrían conseguir”. Hasta 14.000 dice algún periódico del fin de semana. Para aburrir, vamos. De no hacerse ni una en años hasta 14.000 en un puñado de meses. Hagan falta o no. Pero las que son necesarias, las de los jardines privados hay que hacerlas como sea.

Ya hemos contentado a los propietarios de fincas susceptibles de ser urbanizadas, a los trabajadores con expectativas de comprar una casa y sólo nos quedaban los dueños de los campitos.

“El 90% de lo edificado ilegalmente puede ser considerado suelo urbano no consolidado, legalizable por tanto”, y ahora, la guinda “el 10% restante, aunque está en zonas de especial protección, Lugares de Interés Comunitario, no se va a derribar”. Toma ya efecto llamada. Esto si que es decirle al personal construye, construye, que no pasa nada. Y eso lo dijo el Alcalde, sin ruborizarse ni nada, hasta contento parecía.

Así que ya lo saben todos, el que cumple la normativa es tonto, un pringao Aquí lo que se lleva es el edifica, que yo te arreglo. Y como eso vale para los grandes, pues también para los pequeños, se me vayan a enfadar.

Yo no sé qué hacer, ni tengo finca grande para enriquecerme ni tengo campito para hacerme chalecito, ni siquiera en un lugar protegido. Posiblemente no les vote.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Y los que queremos que Estepona se quede como más o menos como está, pero con más colegios, mejores carreteras, un par de buenos carriles-bici por lo menos, transporte público en condiciones, dotaciones deportivas y culturales, parques de verdad, instalaciones sanitarias, etc., pero no más, y más, y más, y más, y más chalecitos hasta el hartazgo, ¿qué hacemos? ¿No votar también? ¿Para que se lo lleven calentito sin encima ponérselo difícil?

Gerardo Galán dijo...

Pues no exactamente. Pero habrá que tener mucho cuidado con qué se vota ¿no te parece?

Anónimo dijo...

Comandante, un saludo...

Mr. Jones™ dijo...

Todavía dista bastante de alcanzar el desparpajo radiofónico del indiscutible Ruperto Quiñones, pero lo veo notable y felizmente familiarizado con las ondas, mi estimado sr. Galán.

Aguante, Comandante.