martes, septiembre 24, 2013

El chocolate, espeso

Publicado en VIVA Estepona Información el 21/09/2013

La aprobación en el pleno de esta semana de las cuentas de las sociedades municipales en disolución no merecería a priori ningún comentario,  por no ser más que un mero trámite legal sin importancia sobre unas entidades que hace tiempo dejaron de tener actividad.

Sin embargo, el anuncio que el concejal de Hacienda hace respecto a la posibilidad de “exigir responsabilidades” a los anteriores gestores de las empresas sí que supone una auténtica carga de profundidad a la política local.

Si esa fuese la intención, claro. Es cierto que esas empresas se constituyeron, a semejanza de las que constituyó el GIL, para contratar personal y eludir los controles administrativos de las entidades públicas. Nunca fueron empresas de servicios específicos, tampoco tuvieron ingresos derivados de su actividad y contrataron personal para unos trabajos que no le fueron encomendados de forma transparente.

Las empresas, además de explotar a muchos de sus trabajadores pagando sueldos muy por debajo de los que garantizaban los convenios del personal municipal, también sirvieron para atribuir a destacados militantes sueldos y prebendas muy por encima de las tareas que teóricamente iban a desarrollar.

Ese agujero de casi ochenta millones del que habla el concejal no se hizo de forma inocente, y es muy posible que además de las responsabilidades políticas de los anteriores mandatarios también se puedan reclamar otro tipo de culpas, tanto penales como económicas. Loable por tanto la declaración de intereses que suponen las manifestaciones del actual equipo de gobierno.

Sin embargo, y como no es la primera vez que pasa en este pueblo, ni tampoco en este Estado corrupto heredero del franquismo, mucho me temo que todo quede en eso, una simple manifestación política sin más ánimo que el de escupir al adversario de siempre los reproches que entre ellos siempre se cruzan.

Porque no podemos olvidar que en la génesis de las sociedades municipales encontraremos a dirigentes de los dos partidos grandes, y también en la gestión. Por supuesto, la huella que en la plantilla municipal dejaron las sociedades municipales es muy importante y es un ejercicio muy divertido pasear por cualquier dependencia del ayuntamiento señalando con el dedo a casi todos los empleados recordando qué partido les enchufé, “éste del PP, éste del PSOE, aquel del PA y los del fondo del PES y de IU”.

También, y puede que tirando del hilo nos encontremos con una enorme madeja de corrupción, analizando esas facturas que dice el concejal que fueron pagadas sin control será posible tejer la red de las empresas con amigos en el poder en cada momento, que cíclicamente eran favorecidas dependiendo del partido en el gobierno.

Mucho nos tememos, por tanto, que todo quedará en agua de borrajas al aparecer militantes del PP actuales y pasados en el listado de los que gestionaron las empresas, Y  también en el de los que se beneficiaron del controlado descontrol que estas supusieron.

Como decía antes, no sería la primera vez que la utilización interesada de los fondos municipales sea ocultada de forma consciente por nuestros gobernantes. No está de mal recordar los episodios del Tribunal de Cuentas relativos a las empresas del GIL, que fueron minimizados en gran parte tanto por el gobierno del PP como el siguiente del PSOE. Y dirigentes de ambos partidos en aquellos hechos siguen actualmente ocupando cargos importantes en sus organizaciones. Puede que consigamos un chocolate bien espeso, pero mientras sigan los mismos, las cuentas nunca estarán claras.

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