Publicado en VIVA Estepona Información el 21/09/2013
La aprobación en el pleno de esta semana de las cuentas de las sociedades
municipales en disolución no merecería a priori ningún comentario, por no ser
más que un mero trámite legal sin importancia sobre unas entidades que hace
tiempo dejaron de tener actividad.
Sin embargo, el anuncio que el
concejal de Hacienda hace respecto a la posibilidad de “exigir
responsabilidades” a los anteriores gestores de las empresas sí que supone una
auténtica carga de profundidad a la política local.
Si esa fuese la
intención, claro. Es cierto que esas empresas se constituyeron, a semejanza de
las que constituyó el GIL, para contratar personal y eludir los controles
administrativos de las entidades públicas. Nunca fueron empresas de servicios
específicos, tampoco tuvieron ingresos derivados de su actividad y contrataron
personal para unos trabajos que no le fueron encomendados de forma
transparente.
Las empresas, además de explotar a muchos de sus
trabajadores pagando sueldos muy por debajo de los que garantizaban los
convenios del personal municipal, también sirvieron para atribuir a destacados
militantes sueldos y prebendas muy por encima de las tareas que teóricamente
iban a desarrollar.
Ese agujero de casi ochenta millones del que habla
el concejal no se hizo de forma inocente, y es muy posible que además de las
responsabilidades políticas de los anteriores mandatarios también se puedan
reclamar otro tipo de culpas, tanto penales como económicas. Loable por tanto la
declaración de intereses que suponen las manifestaciones del actual equipo de
gobierno.
Sin embargo, y como no es la primera vez que pasa en este
pueblo, ni tampoco en este Estado corrupto heredero del franquismo, mucho me
temo que todo quede en eso, una simple manifestación política sin más ánimo que
el de escupir al adversario de siempre los reproches que entre ellos siempre se
cruzan.
Porque no podemos olvidar que en la génesis de las sociedades
municipales encontraremos a dirigentes de los dos partidos grandes, y también en
la gestión. Por supuesto, la huella que en la plantilla municipal dejaron las
sociedades municipales es muy importante y es un ejercicio muy divertido pasear
por cualquier dependencia del ayuntamiento señalando con el dedo a casi todos
los empleados recordando qué partido les enchufé, “éste del PP, éste del PSOE,
aquel del PA y los del fondo del PES y de IU”.
También, y puede que
tirando del hilo nos encontremos con una enorme madeja de corrupción, analizando
esas facturas que dice el concejal que fueron pagadas sin control será posible
tejer la red de las empresas con amigos en el poder en cada momento, que
cíclicamente eran favorecidas dependiendo del partido en el
gobierno.
Mucho nos tememos, por tanto, que todo quedará en agua de
borrajas al aparecer militantes del PP actuales y pasados en el listado de los
que gestionaron las empresas, Y también en el de los que se beneficiaron del
controlado descontrol que estas supusieron.
Como decía antes, no sería
la primera vez que la utilización interesada de los fondos municipales sea
ocultada de forma consciente por nuestros gobernantes. No está de mal recordar
los episodios del Tribunal de Cuentas relativos a las empresas del GIL, que
fueron minimizados en gran parte tanto por el gobierno del PP como el siguiente
del PSOE. Y dirigentes de ambos partidos en aquellos hechos siguen actualmente
ocupando cargos importantes en sus organizaciones. Puede que consigamos un
chocolate bien espeso, pero mientras sigan los mismos, las cuentas nunca estarán
claras.
martes, septiembre 24, 2013
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