Antes de comenzar a escribir sobre nuestro desdichado pueblo, quiero desde aquí
sumarme a la pena que ha supuesto el accidente de tren en Santiago. Como persona
y como peregrino manifiesto desde aquí mis deseos de restablecimiento para todos
los heridos y mis condolencias para los familiares de los fallecidos, a los que
espero que la tierra les sea leve. Al mismo tiempo, me sumo a los que exigen una
investigación completa del desastre y que todos aquellos que resulten
responsables de este terrible suceso cumplan ante la justicia si del
conocimiento de los hechos se derivasen culpabilidades.
Desde luego, nada de lo que pasa en Estepona es equiparable a lo de Compostela. Nuestras cuitas son otras, también dolorosas por lo sostenidas en el tiempo aunque de un carácter distinto. Por cierto, de esas tenemos responsables con nombres y apellidos.
Este jueves nuestro Pleno municipal tuvo el atrevimiento de conceder bonificaciones fiscales a un grupo de instituciones privadas que, de nuevo, muestran el sesgo ideológico, casposo y de extrema derecha, de nuestro alcalde, el Notario. Nuevamente son sus amigos y correligionarios –nunca mejor dicho– los que vuelven a ser señalados por el Sr. García Urbano para recibir prebendas a costa del conjunto de los vecinos.
Cinco cofradías semanasanteras, dos exclusivos y privados clubes deportivos y la siempre bien tratada Cooperativa Agrícola pagarán un 95% menos de IBI en base a un supuesto interés social que no está justificado y que, si me permiten, voy a intentar desmontar.
¿Cómo han conseguido propiedades sujetas al IBI esas cinco cofradías? Desde luego no ha sido desarrollando labor social alguna, ni siquiera las caritativas a las que les obliga su confesión religiosa. De hecho, si han comprado inmuebles ha sido para custodiar los tesoros que de forma avara han acumulado. Mantos con bordados de oro, ídolos de madera policromada, tronos y artilugios varios de importantísimo valor material que necesitan inmuebles lujosos para albergarlos y que en ningún momento se han planteado con fin de interés social, sino exclusivamente como objeto de ostentación y vanidad.
Crean ustedes que me importa un pimiento cómo consiguen los dineros para esos dispendios las cofradías. Aunque en eso hay una excepción. Si los fondos destinados a la compra de horteras elementos semanasanteros se hace con fondos públicos me cabrea un montón. Y ese, y no otro, será el destino de la bonificación del IBI que recibirán nuestros catoliquísimos vecinos.
Dos organizaciones deportivas, una más popular y otra completamente exclusiva –aunque ambas destinadas al uso privativo de sus socios– recibirán un tratamiento privilegiado que contrasta con la disminución de personal, de dotaciones y de medios de las propias infraestructuras municipales deportivas. Desconocemos, aunque puede que entonces lo entendiésemos, si paralelamente al regalito han contraído compromisos con el municipio para compartir sus instalaciones.
Respecto a la Cooperativa Agrícola, presidida por el Primer Teniente de Alcalde del Ayuntamiento, solo me queda reiterarles el carácter privado, especulativo, ajeno a la agricultura y a la población de sus socios. Incluido su máximo dirigente, el popular Aguilar.
Mientras tanto, el resto de vecinos, incluso aquellos sobre los que pesa un pleito hipotecario por no atender las cuotas bancarias, deberán pagar el total del IBI, y verán embargadas sus cuentas si osan no cumplir con los pagos. Ellos no son ni capillitas, ni amigotes, ni compañeros de paseíto en yate. Que se jodan.
Desde luego, nada de lo que pasa en Estepona es equiparable a lo de Compostela. Nuestras cuitas son otras, también dolorosas por lo sostenidas en el tiempo aunque de un carácter distinto. Por cierto, de esas tenemos responsables con nombres y apellidos.
Este jueves nuestro Pleno municipal tuvo el atrevimiento de conceder bonificaciones fiscales a un grupo de instituciones privadas que, de nuevo, muestran el sesgo ideológico, casposo y de extrema derecha, de nuestro alcalde, el Notario. Nuevamente son sus amigos y correligionarios –nunca mejor dicho– los que vuelven a ser señalados por el Sr. García Urbano para recibir prebendas a costa del conjunto de los vecinos.
Cinco cofradías semanasanteras, dos exclusivos y privados clubes deportivos y la siempre bien tratada Cooperativa Agrícola pagarán un 95% menos de IBI en base a un supuesto interés social que no está justificado y que, si me permiten, voy a intentar desmontar.
¿Cómo han conseguido propiedades sujetas al IBI esas cinco cofradías? Desde luego no ha sido desarrollando labor social alguna, ni siquiera las caritativas a las que les obliga su confesión religiosa. De hecho, si han comprado inmuebles ha sido para custodiar los tesoros que de forma avara han acumulado. Mantos con bordados de oro, ídolos de madera policromada, tronos y artilugios varios de importantísimo valor material que necesitan inmuebles lujosos para albergarlos y que en ningún momento se han planteado con fin de interés social, sino exclusivamente como objeto de ostentación y vanidad.
Crean ustedes que me importa un pimiento cómo consiguen los dineros para esos dispendios las cofradías. Aunque en eso hay una excepción. Si los fondos destinados a la compra de horteras elementos semanasanteros se hace con fondos públicos me cabrea un montón. Y ese, y no otro, será el destino de la bonificación del IBI que recibirán nuestros catoliquísimos vecinos.
Dos organizaciones deportivas, una más popular y otra completamente exclusiva –aunque ambas destinadas al uso privativo de sus socios– recibirán un tratamiento privilegiado que contrasta con la disminución de personal, de dotaciones y de medios de las propias infraestructuras municipales deportivas. Desconocemos, aunque puede que entonces lo entendiésemos, si paralelamente al regalito han contraído compromisos con el municipio para compartir sus instalaciones.
Respecto a la Cooperativa Agrícola, presidida por el Primer Teniente de Alcalde del Ayuntamiento, solo me queda reiterarles el carácter privado, especulativo, ajeno a la agricultura y a la población de sus socios. Incluido su máximo dirigente, el popular Aguilar.
Mientras tanto, el resto de vecinos, incluso aquellos sobre los que pesa un pleito hipotecario por no atender las cuotas bancarias, deberán pagar el total del IBI, y verán embargadas sus cuentas si osan no cumplir con los pagos. Ellos no son ni capillitas, ni amigotes, ni compañeros de paseíto en yate. Que se jodan.