Tengo que reconocerlo, fue oír a una concejala de nuestro ayuntamiento
pronunciando la frase “a coste cero” y llevárseme los diablos. Resulta que ese
va a ser el precio que los esteponeros paguemos por la iluminación navideña.
Cero euros según la brillante Fernández-Figueres, que quizá por su juventud o
porque esos años andaba en la parra en cuanto a política se refiere no parece
recordar cómo ese era el lema preferido de los alcaldes de los períodos gilistas
y postgilistas.
Jesús Gil Gil, Julián Muñoz, Marisol Yagüe o en Estepona José Ignacio Crespo actuando de valido de Jesús Gil Marín y Antonio Barrientos repetía, cada vez que tenía ocasión que lo suyo era “a coste cero”. Así, cualquier cosa que desde fuera pareciese prescindible, normalmente espectáculos, promociones y otros fastos nunca repercutían en costes para los ayuntamientos. Generosos empresarios insuflaban dinero a espuertas en la economía local, sufragando gastos sin medida para los que solo bastaba una petición de nuestros altruistas gobernantes.
La historia, y las sentencias judiciales, van demostrando que aquel altruismo era mucho menos y que la generosidad de las empresas nos costaba a todos un riñón, que venía a adosarse a las insaciables caderas de aquellos nefastos personajes.
Y nuestra concejala pepera no tiene otra cosa que repetir la misma consigna que sus ilustres antecesores en la política de la Costa. Y aunque la situación difiere –en esta ocasión conocemos el origen del dinero– el fondo es el mismo, intentar engañar a la población respecto a un gasto suntuario o al menos poco entendible en la actual situación económica.
Pues no, Sra. Fernández-Figares, si la empresa UTE Ortiz-Cice se gasta 110.000 euros en la iluminación navideña es porque así lo contrataron. Ni es un regalo, ni una dádiva de un empresario, sino una obligación económica contraída con el municipio. Y si se lo gastan en lucecitas de la cada vez menos prestigiada fiesta navideña es porque así lo han decidido ustedes y su gobierno.
Sepan por tanto los esteponeros que cuando un concejal repite el mantra “coste cero” en realidad nos está contando la última puñalada al presupuesto municipal perpetrada por su gestión. Normalmente dedicada a cuestiones como la que hoy nos ocupa, la más que discutible necesidad y pertinencia de la iluminación navideña en una ciudad con cada vez menos comercios, personas con dinero y con ninguna gana de derrochar.
Jesús Gil Gil, Julián Muñoz, Marisol Yagüe o en Estepona José Ignacio Crespo actuando de valido de Jesús Gil Marín y Antonio Barrientos repetía, cada vez que tenía ocasión que lo suyo era “a coste cero”. Así, cualquier cosa que desde fuera pareciese prescindible, normalmente espectáculos, promociones y otros fastos nunca repercutían en costes para los ayuntamientos. Generosos empresarios insuflaban dinero a espuertas en la economía local, sufragando gastos sin medida para los que solo bastaba una petición de nuestros altruistas gobernantes.
La historia, y las sentencias judiciales, van demostrando que aquel altruismo era mucho menos y que la generosidad de las empresas nos costaba a todos un riñón, que venía a adosarse a las insaciables caderas de aquellos nefastos personajes.
Y nuestra concejala pepera no tiene otra cosa que repetir la misma consigna que sus ilustres antecesores en la política de la Costa. Y aunque la situación difiere –en esta ocasión conocemos el origen del dinero– el fondo es el mismo, intentar engañar a la población respecto a un gasto suntuario o al menos poco entendible en la actual situación económica.
Pues no, Sra. Fernández-Figares, si la empresa UTE Ortiz-Cice se gasta 110.000 euros en la iluminación navideña es porque así lo contrataron. Ni es un regalo, ni una dádiva de un empresario, sino una obligación económica contraída con el municipio. Y si se lo gastan en lucecitas de la cada vez menos prestigiada fiesta navideña es porque así lo han decidido ustedes y su gobierno.
Sepan por tanto los esteponeros que cuando un concejal repite el mantra “coste cero” en realidad nos está contando la última puñalada al presupuesto municipal perpetrada por su gestión. Normalmente dedicada a cuestiones como la que hoy nos ocupa, la más que discutible necesidad y pertinencia de la iluminación navideña en una ciudad con cada vez menos comercios, personas con dinero y con ninguna gana de derrochar.
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