Cuando solo han pasado unos meses desde la última convocatoria de Huelga
General, los trabajadores del Estado estamos llamados otra vez a una jornada de
protesta. En esta ocasión en una convocatoria europea en la que la mayoría de
sindicatos del continente convocan paros, huelgas y concentraciones.
Europa vive una situación desesperada especialmente en el área mediterránea, la nuestra, porque a los más pobres se nos está exigiendo el pago de la mala gestión, el despilfarro, la usura y el robo perpetrado por las grandes corporaciones financieras, comerciales e industriales. Ellas, apoyadas en políticos de la derecha y la socialdemocracia europeas persisten en llevar a la población a cotas de pobreza e injusticia que parecían olvidadas en nuestro continente.
Aunque la interesada propaganda antipolítica de la extrema derecha insiste en culpar a los sindicatos de la crisis, mediante infundadas acusaciones o directas calumnias, y pese a nuestras propias reticencias respecto a los dos sindicatos mayoritarios convocantes, todos debemos estar este próximo día 14 en la huelga general. Movilizándonos, manifestándonos, participando de los piquetes informativos, haciendo ver a los gobiernos de toda Europa que no se puede seguir por la línea de cargar la crisis sobre nuestras espaldas.
Ninguno de nosotros es ajeno a la crisis provocada por el neoliberalismo. Todos, incluidos esos pequeños empresarios que nunca fueron burgueses aunque lo creyesen, que sufren la pérdida de beneficios por la drástica caída del consumo doméstico mientras son víctimas de la voracidad depredadora de los bancos. Los trabajadores empleados y los parados, los jubilados y los estudiantes que sufrimos directamente los recortes. Y hasta los funcionarios, antes inmunes a los ciclos económicos, que han visto perder el poder adquisitivo y hasta la seguridad del puesto de trabajo.
Y para muestra, Estepona. Durante mucho tiempo tanto desde el PSOE como el PP se fomentó la burbuja inmobiliaria, el desarrollismo de consumo inmediato, la ostentación y la imagen mientras se tiraba por la borda la estructura económica local y se enriquecían algunos listos. Hoy, algunos años después, la cifra de parados se incrementa constantemente incrementando con ella el sufrimiento de nuestros vecinos, víctimas inocentes de los años del ladrillo, la corrupción, el lujo y el despilfarro. No pongas excusas, tú también estás llamado a la huelga general.
Europa vive una situación desesperada especialmente en el área mediterránea, la nuestra, porque a los más pobres se nos está exigiendo el pago de la mala gestión, el despilfarro, la usura y el robo perpetrado por las grandes corporaciones financieras, comerciales e industriales. Ellas, apoyadas en políticos de la derecha y la socialdemocracia europeas persisten en llevar a la población a cotas de pobreza e injusticia que parecían olvidadas en nuestro continente.
Aunque la interesada propaganda antipolítica de la extrema derecha insiste en culpar a los sindicatos de la crisis, mediante infundadas acusaciones o directas calumnias, y pese a nuestras propias reticencias respecto a los dos sindicatos mayoritarios convocantes, todos debemos estar este próximo día 14 en la huelga general. Movilizándonos, manifestándonos, participando de los piquetes informativos, haciendo ver a los gobiernos de toda Europa que no se puede seguir por la línea de cargar la crisis sobre nuestras espaldas.
Ninguno de nosotros es ajeno a la crisis provocada por el neoliberalismo. Todos, incluidos esos pequeños empresarios que nunca fueron burgueses aunque lo creyesen, que sufren la pérdida de beneficios por la drástica caída del consumo doméstico mientras son víctimas de la voracidad depredadora de los bancos. Los trabajadores empleados y los parados, los jubilados y los estudiantes que sufrimos directamente los recortes. Y hasta los funcionarios, antes inmunes a los ciclos económicos, que han visto perder el poder adquisitivo y hasta la seguridad del puesto de trabajo.
Y para muestra, Estepona. Durante mucho tiempo tanto desde el PSOE como el PP se fomentó la burbuja inmobiliaria, el desarrollismo de consumo inmediato, la ostentación y la imagen mientras se tiraba por la borda la estructura económica local y se enriquecían algunos listos. Hoy, algunos años después, la cifra de parados se incrementa constantemente incrementando con ella el sufrimiento de nuestros vecinos, víctimas inocentes de los años del ladrillo, la corrupción, el lujo y el despilfarro. No pongas excusas, tú también estás llamado a la huelga general.
1 comentario:
Anda anacrónico. Que lenguaje más desfasado.
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