¿Recuerdan aquellos supuestos “premios” recogidos a bombo y platillo por el Ayuntamiento encabezado por el añorado alcalde Barrientos? Seguro que los recuerdan, fueron “conseguidos” a instancias de aquellos dos prohombres locales, Barrientos y Crespo, que por circunstancias de la vida poco después acabaron barriendo las galerías de la Prisión Provincial y andan presentándose cada quince días en los juzgados, por si tienen que volver.
Aquellos premios, las Escobas de Oro y Plata, emitidos por una entidad privada de rimbombante nombre, se conseguían tras un duro proceso de selección en el que al margen de cómo lucía la ciudad una única cláusula impedía la obtención de los galardones: Si no se pagaban los derechos, no se podía optar al premio. No importaba si las ratas correteaban por las calles o nos quedábamos pegados en las aceras, como pasaba en Estepona. Nunca ninguna ciudad se quedó sin su premio si se había abonado el importe del mismo. Un reconocimiento similar al de muchos premios de excelencia hostelera en los que basta con acudir a una cena de autohomenaje, con cubierto de desorbitante coste, y haber abonado a la empresa organizadora el importe de la cena, placa y la correspondiente inserción publicitaria.
Pues si investigamos un poco en la denominada “ACES EUROPA” entidad que otorga los premios “Ciudad del Deporte” nos encontramos con la misma práctica. Pese a que en el nombre y el logo de la entidad aparezca la palabra Europa nada tiene que ver con instituto público alguno de la Unión Europea. Es una entidad privada cuya única actividad consiste en la entrega de estos premios. Y, también con el mismo procedimiento, es requisito imprescindible pagar los honorarios de la emisión –eufemísticamente denominados “reembolso de los gastos de gestión– así como también los viajes y visitas de “inspección” de la entidad emisora de los premios.
Así que ya lo saben, que Estepona haya sido premiada con el galardón “Ciudad Europea del Deporte” no ha costado ningún desembolso en infraestructura deportiva, ni tampoco en gestión de campeonatos, torneos, escuelas o simposios. Ha bastado con pagarle a una estrambótica empresa y a sus tripones dirigentes, especialistas en comilonas y turismo por toda Europa a costa de los engañados contribuyentes. Un engaño, tanto esta convocatoria como aquella de la Escobas que compró el PSOE para el Sr. Crespo. No negarán que al menos se merecen unos escobazos bien dados.
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