Nuestro Ayuntamiento está actualmente en un proceso acelerado de descomposición
política que nos lleva, si no estuviésemos ya, camino del desastre. Cualquier
proyecto que nos acercase a ser ciudad se antoja inviable en la actual
situación.
A la evidente quiebra económica y ética a la que nos han empujado los anteriores gobiernos municipales se suma de forma incontenible un retroceso comparable al peor de los períodos franquistas o populistas de nuestra historia.
Encaramado en el poder tenemos a un ególatra, autodenominado mesías, autoencumbrado como el rey de la eficacia, que repite paso a paso todos los esquemas de los líderes más peligrosos de la historia local, comarcal y estatal.
Un notario, garante oficial de la verdad, que constantemente queda en evidencia por su condición de mentiroso compulsivo. Esta semana tuvieron de comprobarlo en sede judicial los magistrados de lo laboral, que vieron como miembros de su gobierno declaraban aquello que él negó reiterada e incluso violentamente ante la prensa –basta recordar el incidente con periodistas de este medio de comunicación–. Como quedó demostrado, El Notario mintió cuando negó la comunicación previa que el Sr. Aguilar hizo a afectados por el ERE.
Una mentira más en el largo historial de este siniestro personaje, que mientras negaba el contacto político con imputados por corrupción compartía negocios con el “malayo” Juan Hoffman. Cuando alguien se ha sentado a la mesa del hijo de Hans Hoffman, reputado nazi amigo de Hitler, tampoco le hará ascos al trato con los imputados en la operación Astapa. Muchos de ellos progresan en el ayuntamiento convertidos en sus personas de confianza.
Porque, por si no lo recuerdan, ninguno de los imputados por corrupción en Estepona – cerca de una treintena– fue incluido en el ERE municipal. Sabemos que el ERE se redactó sin mediar RPT o criterios objetivos, pero es que la mera estadística tampoco explica la fortuna de los presuntos corruptos. Quizá esta anomalía matemática se explique por la decisión directa de quien toma todas las decisiones en Estepona.
Uno de los afortunados excluidos del ERE, y presunto corrupto, es el único habilitado nacional actualmente en funciones dentro del Consistorio. Será otra casualidad, pero nuestro Notario ha apartado a la fuerza al otro habilitado, esta vez fuera de sospecha, quizá con la intención de evitar el control efectivo sobre lo que él piensa es su cortijo, Estepona.
A la evidente quiebra económica y ética a la que nos han empujado los anteriores gobiernos municipales se suma de forma incontenible un retroceso comparable al peor de los períodos franquistas o populistas de nuestra historia.
Encaramado en el poder tenemos a un ególatra, autodenominado mesías, autoencumbrado como el rey de la eficacia, que repite paso a paso todos los esquemas de los líderes más peligrosos de la historia local, comarcal y estatal.
Un notario, garante oficial de la verdad, que constantemente queda en evidencia por su condición de mentiroso compulsivo. Esta semana tuvieron de comprobarlo en sede judicial los magistrados de lo laboral, que vieron como miembros de su gobierno declaraban aquello que él negó reiterada e incluso violentamente ante la prensa –basta recordar el incidente con periodistas de este medio de comunicación–. Como quedó demostrado, El Notario mintió cuando negó la comunicación previa que el Sr. Aguilar hizo a afectados por el ERE.
Una mentira más en el largo historial de este siniestro personaje, que mientras negaba el contacto político con imputados por corrupción compartía negocios con el “malayo” Juan Hoffman. Cuando alguien se ha sentado a la mesa del hijo de Hans Hoffman, reputado nazi amigo de Hitler, tampoco le hará ascos al trato con los imputados en la operación Astapa. Muchos de ellos progresan en el ayuntamiento convertidos en sus personas de confianza.
Porque, por si no lo recuerdan, ninguno de los imputados por corrupción en Estepona – cerca de una treintena– fue incluido en el ERE municipal. Sabemos que el ERE se redactó sin mediar RPT o criterios objetivos, pero es que la mera estadística tampoco explica la fortuna de los presuntos corruptos. Quizá esta anomalía matemática se explique por la decisión directa de quien toma todas las decisiones en Estepona.
Uno de los afortunados excluidos del ERE, y presunto corrupto, es el único habilitado nacional actualmente en funciones dentro del Consistorio. Será otra casualidad, pero nuestro Notario ha apartado a la fuerza al otro habilitado, esta vez fuera de sospecha, quizá con la intención de evitar el control efectivo sobre lo que él piensa es su cortijo, Estepona.
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