Todos sabemos que no es posible pedir sensibilidad medioambiental a la extrema
derecha local, ahora reinante. Al menos es tan fácil obtenerla como si peras al
olmo pidiésemos. La política medioambiental del consistorio ha consistido en
hacer “limpieza” ideológica en la plantilla municipal y poco más.
Estos días tuve oportunidad de encontrarme en la Playa del Padrón con un letrero que prohibía el paseo con perros en aquella zona: Allí anidan especies ornitológicas protegidas, en la misma arena de la playa. Aunque la prohibición para pasear perros por las playas no tiene en el resto del territorio tan buena justificación hay que reconocer que ese espacio, calificado como Lugar de Interés Comunitario por la U.E., merece todo el cuidado. Lamentablemente, el cartel lo pude leer mientras caminaba sobre la rodada de un tractor de los que supuestamente limpian nuestras playas. Imagino que el tractor esquivaba con muchísimo más cuidado que un perro los nidos de chorlitejos y otros pájaros.
Ese tipo de mensajes contradictorios, no son únicos por parte de nuestros insensibles gobernantes, sino que abundan por nuestros lares. Así, seguimos sin explicación a la apertura sin permiso del beach club del Villapadierna ni a la invasión por parte de la misma empresa, propietaria de un amigo del Notario, de la playa y el dominio marítimo terrestre.
Ahora, compatibilizándolo con la permisividad que tiene respecto a sus multimillonarias amistades, nuestro Alcalde ha decretado la caza y captura del ciclista urbano. En línea con el Gobierno de la Nación pretende criminalizar la práctica ciclista y ha enviado a sus fieles policías contra los usuarios que osan circular por el paseo marítimo de la localidad. Y no crean que persigue a niñatos que atropellan turistas o que ponen en peligro la vida de los peatones. Esos no se dejan pillar tan fácil. La especialidad de nuestros policías es multar, con centenares de euros, a los jubilados y otros pacíficos paseantes. Primero fueron a por los perros, ahora a por los ciclistas… Ya les tocará a ustedes, seguro que se le ocurre algo.
Estos días tuve oportunidad de encontrarme en la Playa del Padrón con un letrero que prohibía el paseo con perros en aquella zona: Allí anidan especies ornitológicas protegidas, en la misma arena de la playa. Aunque la prohibición para pasear perros por las playas no tiene en el resto del territorio tan buena justificación hay que reconocer que ese espacio, calificado como Lugar de Interés Comunitario por la U.E., merece todo el cuidado. Lamentablemente, el cartel lo pude leer mientras caminaba sobre la rodada de un tractor de los que supuestamente limpian nuestras playas. Imagino que el tractor esquivaba con muchísimo más cuidado que un perro los nidos de chorlitejos y otros pájaros.
Ese tipo de mensajes contradictorios, no son únicos por parte de nuestros insensibles gobernantes, sino que abundan por nuestros lares. Así, seguimos sin explicación a la apertura sin permiso del beach club del Villapadierna ni a la invasión por parte de la misma empresa, propietaria de un amigo del Notario, de la playa y el dominio marítimo terrestre.
Ahora, compatibilizándolo con la permisividad que tiene respecto a sus multimillonarias amistades, nuestro Alcalde ha decretado la caza y captura del ciclista urbano. En línea con el Gobierno de la Nación pretende criminalizar la práctica ciclista y ha enviado a sus fieles policías contra los usuarios que osan circular por el paseo marítimo de la localidad. Y no crean que persigue a niñatos que atropellan turistas o que ponen en peligro la vida de los peatones. Esos no se dejan pillar tan fácil. La especialidad de nuestros policías es multar, con centenares de euros, a los jubilados y otros pacíficos paseantes. Primero fueron a por los perros, ahora a por los ciclistas… Ya les tocará a ustedes, seguro que se le ocurre algo.
1 comentario:
Nos faltan alcaldes y concejales ciclistas y nos sobran posaderas agradecidas.
Por cierto, en el tercer párrafo una coma indica que hay una empresa que posee un amigo de notario ¿es eso legal? ¿cómo tributa?
Un abrazo muy grande.
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