Publicado en Estepona Información el 03/12/2011
Un vídeo realizado por un anónimo ciudadano ponía esta semana en evidencia la forma de actuar de la Policía Local de Estepona. Un comportamiento completamente inapropiado que con una sola acción violentaba el bienestar animal protegido por las leyes y las más elementales normas de seguridad en el tráfico.
Alguien dirá que el desafortunado incidente no es obra de todo el colectivo y que soy injusto al calificar, por un solo hecho, a toda la Policía Local. Y si eso parece que tiene lógica tendrán que reconocer conmigo que hoy, tras diez días de publicado el vídeo, denuncias de dos partidos políticos del ámbito ecologista y proteccionista y cientos de correos electrónicos personales dirigidos a las autoridades estas ya han tenido tiempo de desmarcarse debidamente de la actuación de los agentes implicados en el caso.
Sin embargo, lejos de condenar taxativamente el hecho y anunciar el inicio de acciones inspectoras y sancionadoras, tanto la Jefatura de la Policía Local como la máxima autoridad municipal miran para otro lado en una actitud que por corporativista y cobarde les coloca en evidencia a ambos. O están en contra de ese comportamiento que no merece ninguna justificación o están a favor del mismo. El intento de minimizar el chaparrón intentando que caiga en el olvido es, a mi parecer, la peor de las políticas posibles.
Bien es cierto que nuestro queridísimo Partido Popular es pródigo en este tipo de acciones, si lo han hecho ocultando todo lo posible los flagrantes casos de Mata, Camps, Fabra y compañía no les importará en absoluto hacerlo con un pobre perro que además está abandonado.
Dice el dicho que quien no ama a los animales es incapaz de amar a las personas. Yo me atrevo a ampliarlo diciendo que quien esconde o justifica la maldad contra los animales es capaz de repetir el comportamiento con todos sus vecinos humanos. Queda usted requerido, Notario, a pronunciarse inmediatamente respecto a este caso de maltrato animal a cuenta de un subordinado suyo. Aunque espero que calle, como cuando de la corrupción en su partido se trata.
Alguien dirá que el desafortunado incidente no es obra de todo el colectivo y que soy injusto al calificar, por un solo hecho, a toda la Policía Local. Y si eso parece que tiene lógica tendrán que reconocer conmigo que hoy, tras diez días de publicado el vídeo, denuncias de dos partidos políticos del ámbito ecologista y proteccionista y cientos de correos electrónicos personales dirigidos a las autoridades estas ya han tenido tiempo de desmarcarse debidamente de la actuación de los agentes implicados en el caso.
Sin embargo, lejos de condenar taxativamente el hecho y anunciar el inicio de acciones inspectoras y sancionadoras, tanto la Jefatura de la Policía Local como la máxima autoridad municipal miran para otro lado en una actitud que por corporativista y cobarde les coloca en evidencia a ambos. O están en contra de ese comportamiento que no merece ninguna justificación o están a favor del mismo. El intento de minimizar el chaparrón intentando que caiga en el olvido es, a mi parecer, la peor de las políticas posibles.
Bien es cierto que nuestro queridísimo Partido Popular es pródigo en este tipo de acciones, si lo han hecho ocultando todo lo posible los flagrantes casos de Mata, Camps, Fabra y compañía no les importará en absoluto hacerlo con un pobre perro que además está abandonado.
Dice el dicho que quien no ama a los animales es incapaz de amar a las personas. Yo me atrevo a ampliarlo diciendo que quien esconde o justifica la maldad contra los animales es capaz de repetir el comportamiento con todos sus vecinos humanos. Queda usted requerido, Notario, a pronunciarse inmediatamente respecto a este caso de maltrato animal a cuenta de un subordinado suyo. Aunque espero que calle, como cuando de la corrupción en su partido se trata.
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