Publicado en Estepona Información el 09/11/2011
Reconozco que esperaba este momento para regodearme en su derrota. Pero hoy, cuando la juez del número 4 me da la razón al calificar de corrupto al corrupto, no encuentro satisfacción en recordar lo que para todos era una obviedad, incluido por supuesto el propio afectado.
Bastante tiene con lo que se le viene encima. Tendrá que asumir la condena del Tribunal de Cuentas posiblemente vendiendo la moto de dos ruedas y, por si fuese poco, continúa “en capilla” imputado en el proceso judicial que ya le tuvo a la sombra durante seis meses. Esperemos que con sus actos la justicia sea tan ecuánime como lo ha sido con la columna que este humilde articulista publicó en este periódico.
Hoy, olvidándome de ese señor del que todo el mundo parece ya haberse olvidado, quiero sin embargo hacer memoria a los que le dieron carta de político, los que le trataron como a un igual, como al leal compañero y no como al corrupto que sin lugar a dudas es.
Hay que hacer mención a los imputados en Astapa que propiciaron el pacto de gobierno que les colocó ante los tribunales. Barrientos y Flores, líderes del PSOE local que fraguó el gobierno PSOE-PES sabían tan bien como yo de las cualidades personales de este señor y pese a ello le acogieron como a un hermano. O quizá, la justicia lo aclarará, como a un socio. Y con ellos Valadez, otro importante socialista que tampoco es tonto y que participó de aquel gobierno a regañadientes, pero con todas las consecuencias.
También tengo que recordar a Antonio Murcia de IU, según Chaves garante de la honradez de aquel pacto, sin cuyo concurso hubiese sido imposible. Murcia era perfecto conocedor de los méritos del personaje que sentó a la mesa de gobierno al estampar su firma en un pacto del que aún esperamos todas las consecuencias judiciales.
En Estepona se pretendió el acceso al poder de cualquier forma, obviando la lucha contra la corrupción y subiendo al carro de forma consciente a los corruptos. A día de hoy, ninguno ha dado muestras públicas de arrepentimiento ni propósito de enmienda. Será que no tienen suficientes papeles.
Bastante tiene con lo que se le viene encima. Tendrá que asumir la condena del Tribunal de Cuentas posiblemente vendiendo la moto de dos ruedas y, por si fuese poco, continúa “en capilla” imputado en el proceso judicial que ya le tuvo a la sombra durante seis meses. Esperemos que con sus actos la justicia sea tan ecuánime como lo ha sido con la columna que este humilde articulista publicó en este periódico.
Hoy, olvidándome de ese señor del que todo el mundo parece ya haberse olvidado, quiero sin embargo hacer memoria a los que le dieron carta de político, los que le trataron como a un igual, como al leal compañero y no como al corrupto que sin lugar a dudas es.
Hay que hacer mención a los imputados en Astapa que propiciaron el pacto de gobierno que les colocó ante los tribunales. Barrientos y Flores, líderes del PSOE local que fraguó el gobierno PSOE-PES sabían tan bien como yo de las cualidades personales de este señor y pese a ello le acogieron como a un hermano. O quizá, la justicia lo aclarará, como a un socio. Y con ellos Valadez, otro importante socialista que tampoco es tonto y que participó de aquel gobierno a regañadientes, pero con todas las consecuencias.
También tengo que recordar a Antonio Murcia de IU, según Chaves garante de la honradez de aquel pacto, sin cuyo concurso hubiese sido imposible. Murcia era perfecto conocedor de los méritos del personaje que sentó a la mesa de gobierno al estampar su firma en un pacto del que aún esperamos todas las consecuencias judiciales.
En Estepona se pretendió el acceso al poder de cualquier forma, obviando la lucha contra la corrupción y subiendo al carro de forma consciente a los corruptos. A día de hoy, ninguno ha dado muestras públicas de arrepentimiento ni propósito de enmienda. Será que no tienen suficientes papeles.
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