sábado, octubre 08, 2011

¿Qué hay de lo mío?

Publicado en Estepona Información el 08/10/2011

Si algo tenemos que tener claro los esteponeros es que este gobierno, el del Notario, no se va a caracterizar precisamente por su espíritu democrático y su transparencia sino todo lo contrario, por el triunfo del compadreo y el amiguismo.

Si al fallecido, artísticamente hablando, Ángel Garó se le premió con un depósito para sus cuadros sin que mediase concurso, estudio o informe alguno más que la voluntad de la Jefatura Local del Ayuntamiento ahora nos sorprende otra noticia del mismo calado.

Dice la concejala Arahuetes que ha sido agraciado con la designación como encargado del embellecimiento de nuestro casco urbano un afamado arquitecto. Una simple búsqueda en google nos remite a un actor de los años cuarenta o a un paisajista muerto en la década de los años treinta, no encontré nada relevante en las dos primeras páginas de ningún arquitecto famoso. Colijo por tanto que muy posiblemente este señor atesore el mismo mérito que el Sr. Garó en su ámbito: Es amigo personal del Notario, al parecer la mejor de las presentaciones posibles en la Estepona de estos días.

Aunque conociendo que la segunda afición del Notario es la construcción de inmuebles en Marbella, ya sea con licencia municipal fraudulenta o sin ella, no sé si malpensar en otro tipo de relaciones más cercanas al bolsillo que la bella amistad entre intelectuales de tantísimo prestigio personal.

Cuando se anuncia la externalización de servicios municipales o la contratación de otros como el de reprografía nos asustan estos antecedentes de designación digital y oscura que pueden llevar, visto lo visto, a que familiares de concejales o simplemente amigos del Notario resulten elegidos por su santísima voluntad.

Es imprescindible que cualquier contratación municipal cumpla los criterios de economía, publicidad e igualdad de oportunidades y acabar, de una vez por todas con el “¿qué hay de lo mío?” que impera en nuestro pueblo. Para terminar con las regalías y prebendas a costa del erario común, ninguna adjudicación sin concurso público. Y eso vale para todos, amigos del Notario incluidos.

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