Publicado en Estepona Información el 29/10/2011
Si se hace memoria todos los partidos políticos de la provincia de Málaga han resultado salpicados por episodios de corrupción en sus filas directamente o a consecuencia de pactos de gobierno solo explicables por la ambición de unos y la avaricia de otros.
El Partido Popular puede presumir de mantener al alcalde de Alhaurín incluso después de su procesamiento por diversos delitos relativos a la corrupción. En Estepona participó de una moción de censura con concejales del GIL que, tras afiliarse al PP, resultaron condenados por el Tribunal de Cuentas por responsabilidades directas en el manejo de fondos públicos.
El PSOE se lleva la palma si recordamos los casos de Alcaucín, Marbella o Estepona, por los que todavía hoy deben responder ante la Justicia por la imputación de graves delitos cometidos presuntamente por socialistas o sus socios políticos del GIL en Estepona y Marbella, también con algún condenado en firme a estas alturas. En Manilva los socialistas no dudaron en pactar con otros gilistas que esperan la resolución de sus procesos judiciales.
Y es Manilva el caso que afecta de forma más directa a los de Izquierda Unida, que allí han pactado con socialistas, gilistas o exsocialistas en una pelea constante por mantenerse en el poder que mantiene a la alcaldesa izquierdista también en capilla por sus problemas judiciales.
Parece que no es fácil encontrar un partido que no haya coqueteado con la corrupción sin limpiar suficientemente sus filas y, sin embargo, los representantes de la ecología política lo hemos conseguido.
Javier de Luis, el candidato de EQUO, mantiene un historial de batalla constante contra la corrupción urbanística que le llevó a mantener cientos de denuncias e innumerables procesos judiciales contra el paradigma de la corrupción en la costa: Jesús Gil Gil.
De Luis, desde las asociaciones ecologistas y el movimiento vecinal de Marbella ha sido durante años inevitable casi único referente en la batalla contra la corrupción y a favor de la integridad del territorio y la sostenibilidad del mismo. Suerte, compañero.
El Partido Popular puede presumir de mantener al alcalde de Alhaurín incluso después de su procesamiento por diversos delitos relativos a la corrupción. En Estepona participó de una moción de censura con concejales del GIL que, tras afiliarse al PP, resultaron condenados por el Tribunal de Cuentas por responsabilidades directas en el manejo de fondos públicos.
El PSOE se lleva la palma si recordamos los casos de Alcaucín, Marbella o Estepona, por los que todavía hoy deben responder ante la Justicia por la imputación de graves delitos cometidos presuntamente por socialistas o sus socios políticos del GIL en Estepona y Marbella, también con algún condenado en firme a estas alturas. En Manilva los socialistas no dudaron en pactar con otros gilistas que esperan la resolución de sus procesos judiciales.
Y es Manilva el caso que afecta de forma más directa a los de Izquierda Unida, que allí han pactado con socialistas, gilistas o exsocialistas en una pelea constante por mantenerse en el poder que mantiene a la alcaldesa izquierdista también en capilla por sus problemas judiciales.
Parece que no es fácil encontrar un partido que no haya coqueteado con la corrupción sin limpiar suficientemente sus filas y, sin embargo, los representantes de la ecología política lo hemos conseguido.
Javier de Luis, el candidato de EQUO, mantiene un historial de batalla constante contra la corrupción urbanística que le llevó a mantener cientos de denuncias e innumerables procesos judiciales contra el paradigma de la corrupción en la costa: Jesús Gil Gil.
De Luis, desde las asociaciones ecologistas y el movimiento vecinal de Marbella ha sido durante años inevitable casi único referente en la batalla contra la corrupción y a favor de la integridad del territorio y la sostenibilidad del mismo. Suerte, compañero.