Hoy me toca regañar a mis compañeros del periódico. En repetidas ocasiones he agradecido en esta columna el espacio, el respeto y el excelente trato que siempre han mantenido con un servidor, que no es precisamente de “la cuerda” ideológica ni comparte la línea editorial del medio en el que generosamente se le permite aparecer semana tras semana.
Pero a veces me toca recordar que los deseos y las simpatías son lícitas plantearlas desde una columna de opinión como la de mis compañeros de tribuna o la mía propia, y resulta extremadamente equivocado hacerlo desde la sección de información. Porque ahí hay que ser veraz, objetivo aunque no nos guste y alejarse del triunfalismo propio del fanático seguidor.
Se escribe en Diario Sol que cinco mil personas llenaron por completo la “Carpa” para recibir al expresidente Aznar. Imaginamos que llevados por el entusiasmo partidista de uno de los organizadores mis compañeros repitieron sus palabras sin llegar a contrastarlas. A uno, que mayormente es de ciencias y números, le dio por preguntar a los trabajadores municipales por aquello de verificar la información y obtuvo resultados bastante distintos.
El aforo máximo permitido para la sala de la Carpa es de 1.000 sillas, aunque me reconocieron que juntándolas un poquito se podrían alcanzar las 1.200. Si a eso unimos los huecos que dejan y suponiendo que todo estuviese a rebosar, el número máximo de personas que pueden entrar en el recinto, poniendo en peligro la seguridad y vulnerando las pólizas de seguros suscritas, es de 1.500 personas.
Una cifra nada desdeñable aunque gran parte de los que vinieron a aplaudir al Héroe de las Azores fuesen militantes populares de toda Cádiz y Málaga, pero alejada del triunfalismo que compartieron por igual tanto los organizadores como, y ahí está mi queja, los profesionales de este medio de comunicación.
Entrando en el fondo del asunto, qué triste me parece ver cómo se jalea por parte de 1.500 personas al corresponsable de los criminales ataques sobre la población civil de Irak, motivado por la mentira y la codicia.
Pero a veces me toca recordar que los deseos y las simpatías son lícitas plantearlas desde una columna de opinión como la de mis compañeros de tribuna o la mía propia, y resulta extremadamente equivocado hacerlo desde la sección de información. Porque ahí hay que ser veraz, objetivo aunque no nos guste y alejarse del triunfalismo propio del fanático seguidor.
Se escribe en Diario Sol que cinco mil personas llenaron por completo la “Carpa” para recibir al expresidente Aznar. Imaginamos que llevados por el entusiasmo partidista de uno de los organizadores mis compañeros repitieron sus palabras sin llegar a contrastarlas. A uno, que mayormente es de ciencias y números, le dio por preguntar a los trabajadores municipales por aquello de verificar la información y obtuvo resultados bastante distintos.
El aforo máximo permitido para la sala de la Carpa es de 1.000 sillas, aunque me reconocieron que juntándolas un poquito se podrían alcanzar las 1.200. Si a eso unimos los huecos que dejan y suponiendo que todo estuviese a rebosar, el número máximo de personas que pueden entrar en el recinto, poniendo en peligro la seguridad y vulnerando las pólizas de seguros suscritas, es de 1.500 personas.
Una cifra nada desdeñable aunque gran parte de los que vinieron a aplaudir al Héroe de las Azores fuesen militantes populares de toda Cádiz y Málaga, pero alejada del triunfalismo que compartieron por igual tanto los organizadores como, y ahí está mi queja, los profesionales de este medio de comunicación.
Entrando en el fondo del asunto, qué triste me parece ver cómo se jalea por parte de 1.500 personas al corresponsable de los criminales ataques sobre la población civil de Irak, motivado por la mentira y la codicia.