domingo, febrero 20, 2011

El insulto

Publicado en Estepona Información el 19/02/2011

De todos los insultos que tendremos oportunidad de oír estos meses el más repetido será, casi sin duda, el “y tú más” que acompañará a cualquier barbaridad escupida a la cara del adversario.

Pronto, los dirigentes de los grandes partidos se acusarán, con razón, de ser culpables de la crisis económica, de malgastar dinero público o de pactar hasta con el diablo para conseguir beneficios políticos.

Tendrán razón porque todos han sido copartícipes del desmadre urbanístico, han fomentado el enchufe y el nepotismo y han recibido en una época u otra el apoyo directo de una clase política, la populista, que medró con gran fortuna desde la aparición de Jesús Gil Gil.

Ellos, los dirigentes de los grandes partidos, recordarán cómo el adversario facilitó un convenio urbanístico o firmó el contrato laboral a su primo o a su hermana. Olvidarán, aunque para eso estará el otro disparando el “y tú más”, cómo la gestión de aquel servicio público cayó en las manos del empresario amigo o cómo fue su hija o su cuñado los que resultaron agraciados con el empleo en el ayuntamiento o mancomunidad.

Nada nuevo, aunque detrás de todo este teatro de insultos cruzados nace, abonado el terreno, el peor de los insultos que tendremos que oír durante la campaña. “Todos los políticos sois iguales”. Concluyente, sin margen a discusión ni debate, igualador y totalitario. Cada vez que un ciudadano pronuncia esta lapidaria frase coloca un ladrillo en el emergente muro del fascismo y rompe un trocito de democracia. Y los profetas del voto en blanco o de la abstención no activa contribuyen a que finalmente todos sean iguales.

Los demócratas debemos levantar nuestra voz enérgicamente contra el insulto generalizado a la clase política. Es verdad que abundan los demagogos, los insultadores y los corruptos entre las filas de una clase excesivamente profesionalizada. Pero también es verdad que si los ciudadanos comprometidos y críticos dejamos hacer política a los más golfos, acabaremos con la democracia, ganarán ellos y liberarán el terreno de voces que peleen contra sus negocios sucios y el nepotismo generalizado.

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