Como si les hubiesen pillado en el patio del colegio robando el bocadillo al más débil de la clase los diferentes imputados en Astapa han ido descargando en los demás la autoría de los hechos sobre los que los jueces exigían explicación.
Así, destapado el tercer bloque del sumario por el Juez Torres, los ciudadanos leemos lo que la prensa nos va desvelando respecto a las diferentes declaraciones judiciales de los angelitos que regían el destino de nuestro ayuntamiento.
Barrientos culpa a Flores y se hace el tonto con gran soltura, que en su caso resulta más que creíble. Flores culpa a Barrientos y reivindica su añorado estatus de opacidad y ocultismo. Volvería a la alcantarilla si pudiese, aunque para ello tenga que encumbrar intelectualmente a Barrientos.
Crespo y López miran para otro lado como preguntándose extrañados de qué les habla esa tal señora Conejo ¿Nosotros? ¡Patricia Rojo! Haciéndose pasar por tontos también y pretendiendo que todos los demás lo somos mientras inculpan a esa pobre muchacha que tuvo la desgracia de ser enchufada por su padre, que también lo es de la Patria desde su cargo del Senado.
La esposa de Zamorano culpa a su marido. Éste seguramente culpará a todo el mundo, que ya conocemos su proverbial manía persecutoria. Lo que el exsenador ya ha hecho, de rebote, es inculpar a su mujer y a sus hijas, dueñas sin saberlo de una empresa que facturaba cientos de millones pese a la pequeñísima actividad artesanal declarada.
Suponemos que Reina, el del bolso espía, culpará con pruebas. Todo lo tiene grabado, incluso sus entrevistas con aquellos “empresarios” de la prostitución. Sí, los que se quejaban de que no había forma de hacer negocios en Estepona si no era pagando a técnicos y concejales.
Toda una galería de personajes que muestran una ética despreciable. Avariciosos, viles, ambiciosos y cobardes es lo que nos deja el sumario Astapa. Un grupo de elegidos de entre lo peor de la sociedad a los que una vez decidimos poner al frente de nuestra ciudad. Esperemos que aprender de esta historia nos sirva para no repetirla.
Así, destapado el tercer bloque del sumario por el Juez Torres, los ciudadanos leemos lo que la prensa nos va desvelando respecto a las diferentes declaraciones judiciales de los angelitos que regían el destino de nuestro ayuntamiento.
Barrientos culpa a Flores y se hace el tonto con gran soltura, que en su caso resulta más que creíble. Flores culpa a Barrientos y reivindica su añorado estatus de opacidad y ocultismo. Volvería a la alcantarilla si pudiese, aunque para ello tenga que encumbrar intelectualmente a Barrientos.
Crespo y López miran para otro lado como preguntándose extrañados de qué les habla esa tal señora Conejo ¿Nosotros? ¡Patricia Rojo! Haciéndose pasar por tontos también y pretendiendo que todos los demás lo somos mientras inculpan a esa pobre muchacha que tuvo la desgracia de ser enchufada por su padre, que también lo es de la Patria desde su cargo del Senado.
La esposa de Zamorano culpa a su marido. Éste seguramente culpará a todo el mundo, que ya conocemos su proverbial manía persecutoria. Lo que el exsenador ya ha hecho, de rebote, es inculpar a su mujer y a sus hijas, dueñas sin saberlo de una empresa que facturaba cientos de millones pese a la pequeñísima actividad artesanal declarada.
Suponemos que Reina, el del bolso espía, culpará con pruebas. Todo lo tiene grabado, incluso sus entrevistas con aquellos “empresarios” de la prostitución. Sí, los que se quejaban de que no había forma de hacer negocios en Estepona si no era pagando a técnicos y concejales.
Toda una galería de personajes que muestran una ética despreciable. Avariciosos, viles, ambiciosos y cobardes es lo que nos deja el sumario Astapa. Un grupo de elegidos de entre lo peor de la sociedad a los que una vez decidimos poner al frente de nuestra ciudad. Esperemos que aprender de esta historia nos sirva para no repetirla.