La imputación de David Valadez en dos presuntos delitos viene a enturbiar aún más, si eso fuese posible, el panorama político local.
No pediremos su dimisión desde Los Verdes como acaba de hacer de manera absolutamente hipócrita toda la jerarquía provincial y local del Partido Popular, que mantienen entre sus filas a altos cargos y alcaldes pringados hasta las cejas en tantos turbios asuntos por todos conocidos. No pediremos su dimisión porque nos reiteramos en el discurso mantenido desde el inicio de la Operación Astapa: Los actos de dignidad, como la dimisión voluntaria, dependen exclusivamente de la categoría moral de cada persona.
Así, nos pareció absurdo solicitar la dimisión de personajes como J.I. Crespo y otros de su calaña que se mantienen en el Ayuntamiento pese a estar condenados en firme por daños contra el patrimonio municipal o acusados de gravísimos delitos contra el conjunto de la ciudadanía.
No es el caso de David Valadez, con el que mantengo importantes diferencias de criterio político y al que puedo acusar de graves errores de gestión y decisiones equivocadas en el ejercicio de su cargo, y del que al mismo tiempo confío en que en lo concerniente a la esfera de su comportamiento personal actuará como lo que es, una persona de bien.
Y aprovecharé para recordar a sus enemigos, que también lo son de los ciudadanos decentes de Estepona, que las dificultades de David Valadez no resuelven sus problemas judiciales, que siguen imputados por delitos de corrupción y que más allá de lo desvelado en los tomos hasta ahora conocidos de la instrucción, la justicia no ha retirado ninguna de las imputaciones ni las medidas cautelares contra ellos adoptadas. Es decir, que independientemente del curso que tome el “Caso Luciano” los que estaban en libertad provisional bajo fianza no han mejorado ni un ápice su situación procesal ni personal. Esperamos ansiosos y confiando en la justicia el devenir de los acontecimientos procesales que quizá puedan contribuir, si se escarba convenientemente, a la reparación del daño infringido a nuestro pueblo.
No pediremos su dimisión desde Los Verdes como acaba de hacer de manera absolutamente hipócrita toda la jerarquía provincial y local del Partido Popular, que mantienen entre sus filas a altos cargos y alcaldes pringados hasta las cejas en tantos turbios asuntos por todos conocidos. No pediremos su dimisión porque nos reiteramos en el discurso mantenido desde el inicio de la Operación Astapa: Los actos de dignidad, como la dimisión voluntaria, dependen exclusivamente de la categoría moral de cada persona.
Así, nos pareció absurdo solicitar la dimisión de personajes como J.I. Crespo y otros de su calaña que se mantienen en el Ayuntamiento pese a estar condenados en firme por daños contra el patrimonio municipal o acusados de gravísimos delitos contra el conjunto de la ciudadanía.
No es el caso de David Valadez, con el que mantengo importantes diferencias de criterio político y al que puedo acusar de graves errores de gestión y decisiones equivocadas en el ejercicio de su cargo, y del que al mismo tiempo confío en que en lo concerniente a la esfera de su comportamiento personal actuará como lo que es, una persona de bien.
Y aprovecharé para recordar a sus enemigos, que también lo son de los ciudadanos decentes de Estepona, que las dificultades de David Valadez no resuelven sus problemas judiciales, que siguen imputados por delitos de corrupción y que más allá de lo desvelado en los tomos hasta ahora conocidos de la instrucción, la justicia no ha retirado ninguna de las imputaciones ni las medidas cautelares contra ellos adoptadas. Es decir, que independientemente del curso que tome el “Caso Luciano” los que estaban en libertad provisional bajo fianza no han mejorado ni un ápice su situación procesal ni personal. Esperamos ansiosos y confiando en la justicia el devenir de los acontecimientos procesales que quizá puedan contribuir, si se escarba convenientemente, a la reparación del daño infringido a nuestro pueblo.
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