Quiero felicitar a los promotores de nuestra semana santa, pues en tan sólo una treintena de años han conseguido convertir en “tradicional” unos festejos que ahora son completamente exitosos pese a tan reciente implantación. Y felicitar especialmente a aquellos promotores que, acompañados del cura Fernando, consiguieron transplantar las celebraciones de sus localidades de origen a nuestro pueblo. Aún sin ser devoto me declaro usuario del espectáculo y la fiesta como el que más. Gracias, por tanto.
Y a la parroquia de nuestro Padre Fernando, la del Carmen, me refiero para hacerme eco de las protestas que muchos de sus vecinos mantienen respecto al uso que se está dando a una parcela que fue cedida al Obispado para construir la sede parroquial y también, porque la ley lo exige, para que su uso revierta en beneficio de los ciudadanos. El acuerdo de cesión de la parcela, de 1994, incluso alude a la cláusula de reversión al patrimonio municipal si el citado “fin social” no se cumple debidamente.
Muchos de nuestros vecinos observan como estos días se está procediendo al vallado con obra del aparcamiento de la iglesia. Ya sufrieron el vallado metálico y el cartelito que colocó el cura advirtiendo que el aparcamiento era “para los oficios religiosos” y no para que cualquier criaturita del señor pudiese dejar allí su coche cuando volvía del trabajo. Además, me cuentan que la obra de vallado se está haciendo retranqueando más de un metro hacia el exterior de la parcela, con lo que pudiese suponer una ocupación de terreno público. Parece que el P. Fernando ha pasado de parafrasear a Fraga en “la iglesia es mía” añadiendo ahora un rotundo “y la calle, también”.
Suponemos que el concejal de Aparcamientos, el comunista Alarcón, sin caer en la también “tradicional” sumisión a la iglesia católica, habrá instruido a los servicios municipales sobre la vigilancia de esas obras, que han privado de una veintena de aparcamientos gratuitos a los vecinos y se desarrollan a plena luz del día suponemos que con todas las bendiciones municipales, permisos de obras incluidos.
Y a la parroquia de nuestro Padre Fernando, la del Carmen, me refiero para hacerme eco de las protestas que muchos de sus vecinos mantienen respecto al uso que se está dando a una parcela que fue cedida al Obispado para construir la sede parroquial y también, porque la ley lo exige, para que su uso revierta en beneficio de los ciudadanos. El acuerdo de cesión de la parcela, de 1994, incluso alude a la cláusula de reversión al patrimonio municipal si el citado “fin social” no se cumple debidamente.
Muchos de nuestros vecinos observan como estos días se está procediendo al vallado con obra del aparcamiento de la iglesia. Ya sufrieron el vallado metálico y el cartelito que colocó el cura advirtiendo que el aparcamiento era “para los oficios religiosos” y no para que cualquier criaturita del señor pudiese dejar allí su coche cuando volvía del trabajo. Además, me cuentan que la obra de vallado se está haciendo retranqueando más de un metro hacia el exterior de la parcela, con lo que pudiese suponer una ocupación de terreno público. Parece que el P. Fernando ha pasado de parafrasear a Fraga en “la iglesia es mía” añadiendo ahora un rotundo “y la calle, también”.
Suponemos que el concejal de Aparcamientos, el comunista Alarcón, sin caer en la también “tradicional” sumisión a la iglesia católica, habrá instruido a los servicios municipales sobre la vigilancia de esas obras, que han privado de una veintena de aparcamientos gratuitos a los vecinos y se desarrollan a plena luz del día suponemos que con todas las bendiciones municipales, permisos de obras incluidos.
2 comentarios:
Como se nota su revanchismo, don Geraldo. Y así y todo pretenderá ir al cielo cuando le toque? Menos mal que desde el sancho panza, jesús y sus amigos rezamos por su alma, don Geraldo
Pancistas, Gerardo estara equivocado, quiza, pero a vosotros el diablo os tiene un caldero preparado,
PANCITAS , PELOTILLAS...
aNIMO gERARDO.
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