Imagen lastimosa nos regalaron esta semana la Alcaldesa de Manilva y el Concejal de Hacienda de Estepona quejándose de las declaraciones de Ángeles Muñoz, Alcaldesa de Marbella. Y no por afearle sus demagógicas palabras respecto al pago de las nóminas en los tres municipios. Sino por seguidamente quejarse, llorando, de no haber sido tan beneficiados como Marbella en el reparto de las dádivas de la Junta de Andalucía.
Lamentable para el conjunto de los ciudadanos de la Comunidad Autónoma me pareció la ayuda de los 100 millones que graciosamente otorgó a Marbella, ciudad que repetida y reiteradamente eligió como mandatarios a delincuentes incluso cuando ya estaban condenados por sus fechorías al frente de la ciudad. Los andaluces no somos responsables de los desmanes cometidos en Marbella con el apoyo explícito de gran parte de sus habitantes.
Como ahora me parecería lamentable que a los imitadores del modelo marbellí, las corporaciones de Estepona y Manilva, se otorgasen las mismas ayudas que plañideramente reclamaban esta semana Muñoz y Sánchez. Más todavía cuando los responsables de la situación actual no hay que buscarlos en partidos extraños a nosotros o a “ostentóreos” líderes populistas ya fallecidos. Hay que recordar que los partidos de Muñoz y Sánchez, IU y PSOE, han participado activamente en el despilfarro y la nefasta gestión del territorio y los recursos municipales que ahora les tienen sumidos en la ruina.
Como han participado consintiendo y fomentando en lo que el Informe Auken, elaborado por la Eurodiputada Verde Magrette Auken, vota esta semana en Estrasburgo. Sus conclusiones darán a conocer en toda Europa que el abuso del ladrillo y los recursos naturales y la relación entre urbanismo salvaje y corrupción son el cáncer que pudre la política española. Algo que los costasoleños conocemos y sufrimos desde hace tiempo.
Mientras, seguiremos oyendo amargas quejas sobre la suerte, miradas envidiosas a los vecinos y lastimosos llantos pidiendo limosnas a Papá Junta de Andalucía. Todo antes que asumir nuestra parte de culpa.
Lamentable para el conjunto de los ciudadanos de la Comunidad Autónoma me pareció la ayuda de los 100 millones que graciosamente otorgó a Marbella, ciudad que repetida y reiteradamente eligió como mandatarios a delincuentes incluso cuando ya estaban condenados por sus fechorías al frente de la ciudad. Los andaluces no somos responsables de los desmanes cometidos en Marbella con el apoyo explícito de gran parte de sus habitantes.
Como ahora me parecería lamentable que a los imitadores del modelo marbellí, las corporaciones de Estepona y Manilva, se otorgasen las mismas ayudas que plañideramente reclamaban esta semana Muñoz y Sánchez. Más todavía cuando los responsables de la situación actual no hay que buscarlos en partidos extraños a nosotros o a “ostentóreos” líderes populistas ya fallecidos. Hay que recordar que los partidos de Muñoz y Sánchez, IU y PSOE, han participado activamente en el despilfarro y la nefasta gestión del territorio y los recursos municipales que ahora les tienen sumidos en la ruina.
Como han participado consintiendo y fomentando en lo que el Informe Auken, elaborado por la Eurodiputada Verde Magrette Auken, vota esta semana en Estrasburgo. Sus conclusiones darán a conocer en toda Europa que el abuso del ladrillo y los recursos naturales y la relación entre urbanismo salvaje y corrupción son el cáncer que pudre la política española. Algo que los costasoleños conocemos y sufrimos desde hace tiempo.
Mientras, seguiremos oyendo amargas quejas sobre la suerte, miradas envidiosas a los vecinos y lastimosos llantos pidiendo limosnas a Papá Junta de Andalucía. Todo antes que asumir nuestra parte de culpa.
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