Corre por ahí la comidilla de que Barrientos va a ser ascendido a los cielos de las responsabilidades andaluzas. Algunos dicen que Director General, otros que Consejero de la Junta. Algo ciertamente increíble conociendo al personaje, y que seguro se hace circular con la mala idea del que quiere arrancar carcajadas allá por donde lo deja caer.
Sabemos que no es Chaves un político precisamente juicioso y razonable. Asimismo, tenemos datos, contrastados en nuestro propio municipio, que confirman que el tamaño no importa y no por tenerla más grande, se actúa con más cabeza.
La demostrada incapacidad de gestión de Barrientos, ese que empuja a la bancarrota a su ayuntamiento tras cinco años continuados de errores, no parece que sea la mejor carta de presentación para un Director General de la Junta. Cargo político aunque eminentemente de gestión directa de presupuestos que, tengo que reconocerlo, me produce pánico imaginar en manos de nuestra aún primera autoridad local.
Las otras “capacidades” del Alcalde, su oratoria, su capacidad de convicción, su profundo conocimiento de la teoría política, su brillante dialéctica y capacidad de diálogo no son tampoco marchamo exportable. Estoy seguro de que en cualquier pueblecito de Andalucía hay alcaldes y concejales del PSOE con más experiencia, con más cultura y mayores capacidades de transmitir que las del arribista Barrientos Incluso puede que algunos de ellos sean socialistas, cualidad de la que también carece mi amigo Antonio.
La aceptación de donaciones de promotores urbanísticos, aquel intento frustrado de saltarse a la torera la nueva Ley del Suelo o su pasado tan reciente de socio del gilismo superviviente no creo que le ayuden a la promoción ni siquiera dentro del mismo PSOE.
Tan sólo su “amistad” con las más grandes personalidades del Estado, Sres. Rojo y Bono, pueden ayudarle ante su partido. Escaso aval para personas con sentido común, pero que podría ser suficiente en ese mundillo tan incomprensible de la alta política. Por el bien de Andalucía, esperemos que todo quede en un absurdo rumor.
Sabemos que no es Chaves un político precisamente juicioso y razonable. Asimismo, tenemos datos, contrastados en nuestro propio municipio, que confirman que el tamaño no importa y no por tenerla más grande, se actúa con más cabeza.
La demostrada incapacidad de gestión de Barrientos, ese que empuja a la bancarrota a su ayuntamiento tras cinco años continuados de errores, no parece que sea la mejor carta de presentación para un Director General de la Junta. Cargo político aunque eminentemente de gestión directa de presupuestos que, tengo que reconocerlo, me produce pánico imaginar en manos de nuestra aún primera autoridad local.
Las otras “capacidades” del Alcalde, su oratoria, su capacidad de convicción, su profundo conocimiento de la teoría política, su brillante dialéctica y capacidad de diálogo no son tampoco marchamo exportable. Estoy seguro de que en cualquier pueblecito de Andalucía hay alcaldes y concejales del PSOE con más experiencia, con más cultura y mayores capacidades de transmitir que las del arribista Barrientos Incluso puede que algunos de ellos sean socialistas, cualidad de la que también carece mi amigo Antonio.
La aceptación de donaciones de promotores urbanísticos, aquel intento frustrado de saltarse a la torera la nueva Ley del Suelo o su pasado tan reciente de socio del gilismo superviviente no creo que le ayuden a la promoción ni siquiera dentro del mismo PSOE.
Tan sólo su “amistad” con las más grandes personalidades del Estado, Sres. Rojo y Bono, pueden ayudarle ante su partido. Escaso aval para personas con sentido común, pero que podría ser suficiente en ese mundillo tan incomprensible de la alta política. Por el bien de Andalucía, esperemos que todo quede en un absurdo rumor.
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