Aunque he estado tentado, no les voy a contar el por todos conocido cuento de Alí Baba y sus cuarenta amigos. Hoy les hablaré de esa costumbre de las listas ordenadas, tan populares y que tan gráficamente muestran determinados aspectos de la actualidad. Una de ellas, de las más conocidas, los 40 principales.
Estar en esa lista supone haber alcanzado notoriedad pública en el mundo de la música de consumo más actual. Muchos profesionales tocan “todas las teclas” posibles para que ellos mismos o sus representados figuren al menos una semana en la lista.
Hay más, como “Los 10 más buscados por el FBI”, o los “100 más elegantes”. Rankings, clasificaciones, listas ordenadas, todo el mundo quiere pertenecer a unas y no aparecer bajo ningún concepto en otras.
El Sr. Crespo, condenado por el Tribunal de Cuentas por un alcance contable superior a los 150 millones de pesetas, no quiere aparecer, ni de lejos, en un ranking costasoleño muy particular y nutrido. El de los políticos gilistas con problemas con la administración de justicia.
Dos alcaldes condenados en firme por diversos delitos cometidos en el ejercicio de la función pública, Julián Muñoz aún en la cárcel. El de Manilva, esperando juicio y al que le encontraron en su casa bolsas de basura repletas de dinero. El de La Línea, con medidas cautelares por presuntos delitos cometidos cuando ya pertenecía al PP. Numerosos concejales de Marbella condenados por delitos varios, casi todos los demás a la espera de juicios también múltiples. El Sr. Juan Antonio Roca disfruta de pensión completa en un establecimiento penitenciario.
Las condenas conseguidas contra el Sr. Crespo, alcance contable, sin reproche penal y únicamente con exigencia de devolución de cantidades indebidamente justificadas o indebidamente cobradas durante su pertenencia a los Consejos de las sociedades municipales de Estepona no se pueden comparar con el casi interminable relato de delitos cometidos por sus excompañeros de partido. Tengo que reconocerlo, aunque en la lista, Crespo no está entre “Los 40 principales” del gilismo.
Estar en esa lista supone haber alcanzado notoriedad pública en el mundo de la música de consumo más actual. Muchos profesionales tocan “todas las teclas” posibles para que ellos mismos o sus representados figuren al menos una semana en la lista.
Hay más, como “Los 10 más buscados por el FBI”, o los “100 más elegantes”. Rankings, clasificaciones, listas ordenadas, todo el mundo quiere pertenecer a unas y no aparecer bajo ningún concepto en otras.
El Sr. Crespo, condenado por el Tribunal de Cuentas por un alcance contable superior a los 150 millones de pesetas, no quiere aparecer, ni de lejos, en un ranking costasoleño muy particular y nutrido. El de los políticos gilistas con problemas con la administración de justicia.
Dos alcaldes condenados en firme por diversos delitos cometidos en el ejercicio de la función pública, Julián Muñoz aún en la cárcel. El de Manilva, esperando juicio y al que le encontraron en su casa bolsas de basura repletas de dinero. El de La Línea, con medidas cautelares por presuntos delitos cometidos cuando ya pertenecía al PP. Numerosos concejales de Marbella condenados por delitos varios, casi todos los demás a la espera de juicios también múltiples. El Sr. Juan Antonio Roca disfruta de pensión completa en un establecimiento penitenciario.