Todos conocemos la historia de Penélope, la esposa de Ulises que tejía de noche y destejía de día la mortaja de su suegro para evitar así a los múltiples pretendientes que la acosaban. En Estepona tenemos últimamente la oportunidad de recrear la gran epopeya griega de manos de la particular y dual Penélope local.
Rafael Montesinos tejía su particular mortaja y destejida ahora por el actual Concejal de Infraestructuras, Rafael Duarte. No hace ni dos años que Rafael Montesinos terminó las obras en calle Terraza y zona de influencia, su legado para la posteridad.
Eligió para las aceras de nuestra emblemática calle ese precioso y peligroso mármol de color rojo pasión. Cientos de resbalones y el clamor ciudadano no fueron suficientes para que el defensor de los “pastos de gobierno” se diese por aludido. Le gusta el mármol rojo, y le gusta que esté tan brillantito.
Rafael Duarte vendrá a destejer, pagando 30.000 euros, un tratamiento antideslizante que no funciona y que terminará por provocar la razonable y única medida de volver a levantar el firme y colocar algo menos pretencioso pero más saludable para la integridad física de los ciudadanos.
Ahora le toca el turno al adoquinado, que en muy poco tiempo necesita una revisión integral, y además se nos avisa que eso pasará cada rato, 120.000 euros de vez en cuando porque el diseñador de la calle, el Ingeniero Superior Montesinos, optó por el mármol y los adoquines. Y eso es lo que hay, que para eso es el más elegante de todos.
Pero no acaban ahí los despropósitos, si seguimos descendiendo Calanchilla llegaremos al cruce con Avda. España y la fallida rotonda construida por Zapallito. Una rotonda imposible que provoca diariamente atascos y en algunos casos problemas más graves cuando algún camión pretende girar ahí como si esto fuese un pueblo normal.
Aunque no todo lo cambió para mal. En la playa no tocó nada. La mierda fluyendo con normalidad justo al lado de bañistas y paseantes. Pobre imagen de un pueblo de resbalones, atascos y boñigas flotantes dirigidos por Penélopes manirrotas y horteras.
Rafael Montesinos tejía su particular mortaja y destejida ahora por el actual Concejal de Infraestructuras, Rafael Duarte. No hace ni dos años que Rafael Montesinos terminó las obras en calle Terraza y zona de influencia, su legado para la posteridad.
Eligió para las aceras de nuestra emblemática calle ese precioso y peligroso mármol de color rojo pasión. Cientos de resbalones y el clamor ciudadano no fueron suficientes para que el defensor de los “pastos de gobierno” se diese por aludido. Le gusta el mármol rojo, y le gusta que esté tan brillantito.
Rafael Duarte vendrá a destejer, pagando 30.000 euros, un tratamiento antideslizante que no funciona y que terminará por provocar la razonable y única medida de volver a levantar el firme y colocar algo menos pretencioso pero más saludable para la integridad física de los ciudadanos.
Ahora le toca el turno al adoquinado, que en muy poco tiempo necesita una revisión integral, y además se nos avisa que eso pasará cada rato, 120.000 euros de vez en cuando porque el diseñador de la calle, el Ingeniero Superior Montesinos, optó por el mármol y los adoquines. Y eso es lo que hay, que para eso es el más elegante de todos.
Pero no acaban ahí los despropósitos, si seguimos descendiendo Calanchilla llegaremos al cruce con Avda. España y la fallida rotonda construida por Zapallito. Una rotonda imposible que provoca diariamente atascos y en algunos casos problemas más graves cuando algún camión pretende girar ahí como si esto fuese un pueblo normal.
Aunque no todo lo cambió para mal. En la playa no tocó nada. La mierda fluyendo con normalidad justo al lado de bañistas y paseantes. Pobre imagen de un pueblo de resbalones, atascos y boñigas flotantes dirigidos por Penélopes manirrotas y horteras.
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