viernes, marzo 01, 2013

La lógica mafiosa

Publicado en Estepona Información el 23/03/2013



El penúltimo episodio de la que comedia de intrigas en el partido gobernante en España y Estepona cuenta con la intervención de un colega de nuestro alcalde. El Sr. Bárcenas se cubrió las espaldas certificando ante notario el librito de contabilidad que deja con el culo al aire al presidente del gobierno, a toda la cúpula del partido y, por extensión, a todos los que bajo sus siglas se siguen cobijando sin aparentar rubor alguno.

Tengo que reconocerles que cuando leí “Bárcenas declaró ante un notario” pensé que se refería a nuestro ínclito amigo, pues ya sabemos la suerte que ha tenido su despacho profesional cuando de llenarse de truhanes se trataba. Y me refiero concretamente a los firmantes de  la moción de censura al Sr. Julián Muñoz. Hoy, entre los que están condenados por diversos delitos, los que están a la espera de condena y algunos fugados de la ley, nadie me negará que puede calificarse a aquellos  “clientes” del Sr. Urbano como un grupo de truhanes. El porqué en aquella ocasión se eligió su notaría, como también se ha elegido en alguna que otra que está siendo investigada por la justicia, queda en una incógnita. Aunque yo apuesto a que fue mera casualidad.

Nuestro gran protagonista, empleado del PP hasta hace unos días, Bárcenas, eligió contarle a un notario todo lo que tenía guardado respecto a la financiación del PP. Al menos todo lo que no se cuenta ni al Tribunal de Cuentas ni a la Agencia Tributaria.

No sé si alguna vez sabremos qué ha pasado en el PP, como tampoco será fácil conocer los entresijos financieros de los otros grandes partidos. Y aunque no se pueda asegurar que nadie está autorizado a tirar la primera piedra, sí parece que esta fallida democracia –la de los Generales Franco y Borbón– ha permitido el florecimiento de estructuras delincuenciales en casi todos los estamentos del Estado.

Hay que recordar que esos organismos funcionan sobre la base de la fidelidad y el silencio. La fidelidad se consigue haciendo partícipes a todos de los frutos del delito, repartiendo en mayor o menor medida prebendas de forma, esta sí, democrática. Todos cobran algo, y así todos son culpables, y por tanto tienen que callar. A veces, para asegurar la “omertá” hay que usar otro método, y es el chantaje y la amenaza de venganza. No sé si será eso, pero en pura lógica mafiosa lo mejor sería guardar los instrumentos que posibilitan esos últimos recursos bajo llave. Dónde mejor que en casa de un notario.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Tu artículo da en la diana de lo que vienen siendo comportamientos parecidos en la sociedad, y en los partidos políticos también: la Ley del Silencio. En mayor o menor medida, la gente queremos justicia, libertad, solidaridad, trabajo, casa, etc, etc, pero en modo alguno nos planteamos dar algo a cambio, algo tan fácil como el decir verdad de lo que se conoce cuando de delatar al mal intencionado se trata. Enhorabuena por tu dedicación a dar luz a una sociedad que deambula ciega por un sendero deseado: "el del silencio cómplice" SALUD, compañero.