Publicado en Estepona Información el 10/11/2007
Que las costas españolas están cada vez más deterioradas por la irresponsabilidad de los gobernantes, el abuso de la construcción y la más que probable relación corrupta entre ambas circunstancias es algo que casi nadie pone en duda. Ni el Ministerio de Medio Ambiente cuando alerta de la posible inundación de zonas urbanizadas previendo la subida del nivel del mar y la ocupación ilícita del espacio marítimo terrestre ni el Diputado de Los Verdes Francisco Garrido solicitando una Comisión de Investigación Parlamentaria sobre la corrupción urbanística en las costas españolas.
Así que no me llamarán un simple mal pensado si me pongo a temblar cuando oigo hablar de acuerdos entre ayuntamiento y promotores al margen del debate público y abierto sobre el que debe ser modelo de ciudad que tenemos que darnos los esteponeros.
Que el Alcalde y dos concejales de nuestro gobierno hagan viajes a casa de un promotor, por más importante que éste sea, no me parece de recibo en un gobierno democrático. Que acepten dádivas y regalos de este señor, aunque tan sólo sea la presencia en un palco deportivo, no es de recibo por cuanto son funcionarios públicos.
Aunque si es grave que un servidor público, investido de la dignidad de su cargo, acepte regalos de parte de un particular, más grave me parece el que ese señor obtenga un trato privilegiado y muy distinto del que recibiríamos cualquiera de los demás ciudadanos ante la administración.
Si el Sr. Hidalgo tiene algo que decir a mi Ayuntamiento, que presente un escrito en registro de entrada, reflejando ahí hasta la última de sus intenciones. Hurtar del debate público la negociación sobre una parte tan importante del patrimonio municipal sólo alimenta en mal pensados como yo la idea de que “algo estarán tramando”. Si la idea es presentar como hecho consumado en el próximo P.G.O.U el negocio inmobiliario hecho con un multimillonario tan famoso como el Pocero o Sandokán tendrán que saber que no nos gusta a los que no disfrutamos de palcos, patas negras y otras cosas que como mal pensado se me ocurren.
Así que no me llamarán un simple mal pensado si me pongo a temblar cuando oigo hablar de acuerdos entre ayuntamiento y promotores al margen del debate público y abierto sobre el que debe ser modelo de ciudad que tenemos que darnos los esteponeros.
Que el Alcalde y dos concejales de nuestro gobierno hagan viajes a casa de un promotor, por más importante que éste sea, no me parece de recibo en un gobierno democrático. Que acepten dádivas y regalos de este señor, aunque tan sólo sea la presencia en un palco deportivo, no es de recibo por cuanto son funcionarios públicos.
Aunque si es grave que un servidor público, investido de la dignidad de su cargo, acepte regalos de parte de un particular, más grave me parece el que ese señor obtenga un trato privilegiado y muy distinto del que recibiríamos cualquiera de los demás ciudadanos ante la administración.
Si el Sr. Hidalgo tiene algo que decir a mi Ayuntamiento, que presente un escrito en registro de entrada, reflejando ahí hasta la última de sus intenciones. Hurtar del debate público la negociación sobre una parte tan importante del patrimonio municipal sólo alimenta en mal pensados como yo la idea de que “algo estarán tramando”. Si la idea es presentar como hecho consumado en el próximo P.G.O.U el negocio inmobiliario hecho con un multimillonario tan famoso como el Pocero o Sandokán tendrán que saber que no nos gusta a los que no disfrutamos de palcos, patas negras y otras cosas que como mal pensado se me ocurren.
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