Emitido en SER Costa del Sol, 25/09/2006
Si los vaivenes de la polítiquilla en Estepona son merecededores de dedicarles una comedieta de enredo, los de nuestra vecina Manilva servirían para todo un año de risas a la hora de la cena.
Ayer nos enteramos que la asamblea del PDEM, o sea, Partido Democrático de Manilva nada más y nada menos, aprobaba la integración de sus militantes en el Partido Popular. Ida y vuelta y tiro porque me toca. Del GIL con el PSOE al PDEM con el nuevo PSOE y la vieja IU. Del PDEM al PP.
A mí me gusta la política. Y me gustaba oir a los teóricos, a los analistas, hablar de principios, de ciencia, de ética, para defender posiciones que los hacían situarse en la izquierda o la derecha cuando eso significaba algo.
Lástima, no fui invitado a esa magna reunión de los demócratas de Manilva, y me perdí los argumentos filosóficos que esgrimió el exalcalde Tirado para pedir el ingreso donde los peperos. Pero estoy seguro que esos meses que pasó en la cárcel le han servido para profundizar en lo divino y lo humano. Es cierto que sus compañeros de celda no eran presos de opinión precisamente, ni siquiera estaba cerca de García Marcos. Y su presunto delito tampoco tiene que ver con lo espiritual y sí mucho con lo material. Con los ladrillos, concretamente. Pero si la cárcel tiene algo, es que ayuda a la filosofía una cosa mala.
Debate de alto nivel entre expresidiarios e imputados por delitos varios. Brazos abiertos, supongo, de un partido que ya ha acogido a los restos del naufragio gilista en La Línea y Estepona.
Lo que está claro es que la ideología de Jesús Gil, esa de “Toma el dinero y corre” es la verdadera triunfadora en la Costa del Sol. Una ideología que cabe en una bolsa de basura, cierto, pero se extendida como reguero de pólvora por entre las piernas de casi todos los politiquillos que tenemos que sufrir.
No vean catastrofismo ni el clásico “todos son iguales”. Es muy posible que queden políticos, con mayúsculas, capaces de darse a los demás en defensa de unas ideas. Pero tendrán que expurgarlos concienzudamente para dar con ellos. Como dijo el galileo, “por sus obras les conocéreis”. Y creo que al decir obras no se refería a recalificaciones, convenios ni donaciones voluntarias.
Ayer nos enteramos que la asamblea del PDEM, o sea, Partido Democrático de Manilva nada más y nada menos, aprobaba la integración de sus militantes en el Partido Popular. Ida y vuelta y tiro porque me toca. Del GIL con el PSOE al PDEM con el nuevo PSOE y la vieja IU. Del PDEM al PP.
A mí me gusta la política. Y me gustaba oir a los teóricos, a los analistas, hablar de principios, de ciencia, de ética, para defender posiciones que los hacían situarse en la izquierda o la derecha cuando eso significaba algo.
Lástima, no fui invitado a esa magna reunión de los demócratas de Manilva, y me perdí los argumentos filosóficos que esgrimió el exalcalde Tirado para pedir el ingreso donde los peperos. Pero estoy seguro que esos meses que pasó en la cárcel le han servido para profundizar en lo divino y lo humano. Es cierto que sus compañeros de celda no eran presos de opinión precisamente, ni siquiera estaba cerca de García Marcos. Y su presunto delito tampoco tiene que ver con lo espiritual y sí mucho con lo material. Con los ladrillos, concretamente. Pero si la cárcel tiene algo, es que ayuda a la filosofía una cosa mala.
Debate de alto nivel entre expresidiarios e imputados por delitos varios. Brazos abiertos, supongo, de un partido que ya ha acogido a los restos del naufragio gilista en La Línea y Estepona.
Lo que está claro es que la ideología de Jesús Gil, esa de “Toma el dinero y corre” es la verdadera triunfadora en la Costa del Sol. Una ideología que cabe en una bolsa de basura, cierto, pero se extendida como reguero de pólvora por entre las piernas de casi todos los politiquillos que tenemos que sufrir.
No vean catastrofismo ni el clásico “todos son iguales”. Es muy posible que queden políticos, con mayúsculas, capaces de darse a los demás en defensa de unas ideas. Pero tendrán que expurgarlos concienzudamente para dar con ellos. Como dijo el galileo, “por sus obras les conocéreis”. Y creo que al decir obras no se refería a recalificaciones, convenios ni donaciones voluntarias.