sábado, agosto 08, 2009

Tampoco me gusta

Publicado en Estepona Información el 08/08/2009

Aunque por la calle me feliciten constantemente con un “lo habéis conseguido”, tengo que decir que el proyecto de carril-bici actualmente en ejecución no se parece en nada a lo que los defensores del uso de la bicicleta habíamos demandado para Estepona.

No pretendíamos la construcción de una obra faraónica, a juzgar por el presupuesto manejado, que no va a fomentar alternativas al coche para la movilidad urbana sino a restringir a los ciclistas en un “ghetto” cerrado, que está aislada en el entramado vial de la ciudad y que definitivamente consagra a la bicicleta como elemento extraño a la circulación.

La Avda. del Carmen era una de las pocas vías, si no la única, por la que los ciclistas podíamos circular con relativa seguridad ya que tenía suficiente anchura para absorber cómodamente el tráfico de automóviles. Además, éstos no podían conducir a velocidades excesivas controlados por rotondas y bandas resaltadas. En este caso, la Delegación de Infraestructuras del Ayuntamiento ha elegido la peor de las opciones posibles para comenzar su publicitado plan de apoyo a la bicicleta.

Y todo esto teniendo en cuenta que, puedo afirmarlo de primera mano, la opinión de los representantes de la Plataforma Bici Estepona en las diferentes reuniones mantenidas con el Ayuntamiento era que el carril bici proyectado no serviría para cambiar la movilidad en la ciudad, que seguirá condenada al uso y abuso del vehículo a motor particular mientras no se planteen medidas de mucho mayor calado que pasan por cambiar la filosofía de los desplazamientos y no el firme de las vías.

Y por si todo eso fuese poco, y desde el punto de vista de mi militancia política, el enorme coste de la obra hace que a Los Verdes se nos pongan los pelos de punta al comprobar como popularmente se nos responsabiliza de una obra que de verde sólo tiene el nombre. Una obra que contradice flagrantemente una de las premisas principales de nuestras ideas, la economía y la gestión eficaz de los recursos. Definitivamente, el carril bici de la Avda. del Carmen tampoco nos gusta.

sábado, agosto 01, 2009

Apagón

Publicado en Estepona Información el 01/08/2009

Las amenazas de corte a las que se ven sometidos los ayuntamientos de Manilva y Estepona por parte de Endesa, son casi un ejemplo de todo lo que se ha hecho mal en la Costa y enseñanza de cómo hubiesen sido las cosas de hacerlas mejor.

Me comenta esta mañana el Coordinador de Ecologistas en Acción, Felipe Román, que con una buena gestión sería Endesa la que debería pagar a los Ayuntamientos los aportes energéticos a la red que podrían hacerse desde explotaciones fotovoltaicas aprovechando los tejados de colegios y edificios públicos en general.

Aunque hacer eso hubiese sido algo absolutamente fuera de lugar en unos municipios que se han caracterizado por todo lo contrario a la buena gestión de los recursos. El desaforado urbanismo consumidor voraz de todos los recursos naturales ha necesitado para su desarrollo la permisividad con las canteras ilegales, el descontrol en el consumo de agua, el abuso del territorio, la deformidad del paisaje y, por si todo esto fuera poco, la depredación de los recursos fiscales en administraciones dirigidas al enriquecimiento de unos cuantos afortunados en lugar de al servicio de sus comunidades.

Muchos de nuestros vecinos piensan que el modelo basado en la corrupción y en el desmadre del ladrillo nos llevó a épocas de prosperidad que contrastan con las actuales de crisis y paro. Nada más lejos de la realidad, pues el modelo del conveniazo y el pelotazo sólo ha servido para despojar a generaciones futuras de nuestro patrimonio natural y económico mientras los más golfos de nuestros vecinos se enriquecían sin pudor alguno.

Y ahora ralentizado el proceso unas veces por la acción de la justicia y otras por la propia inercia de la burbuja inmobiliaria, nuestros ayuntamientos se encuentran en manos de los mismos que propiciaron su empobrecimiento, aunque gestionando miserias en lugar de repartir regalos entre militantes agradecidos y empresarios afines al perverso modelo de la corrupción.

Ya sólo falta que para rematarnos, además, nos dejen a oscuras. Y en ferias, que dice la preocupada alcaldesa de Manilva.