Publicado en Estepona Información el 09/08/2008
Durante estos días Los Verdes de Estepona hemos tenido el placer de compartir con nuestro Eurodiputado, David Hammerstein, unas jornadas de estudio, de análisis y también de convivencia entre compañeros que nos han resultado muy fructíferas y agradables.
Tras bastantes horas de debate y contraste de opiniones, el compañero Hammerstein nos regalaba una frase que debería ser sentencia para todos los implicados en el futuro de nuestra ciudad. “Hay vida después del ladrillo”. Y es que llegó el momento de dar por acabado el modelo de desarrollo que ha conducido a la comunidad al infierno de la crisis económica, del paro, del destrozo y expolio del medio natural y, por si fuese poco, a esa corrupción tan generalizada que casi podríamos decir es la forma única en la que se han desenvuelto las instituciones.
Hay que diversificar la oferta económica, acabada ya la época del desmadre urbanístico y de la construcción que nos ha empujado a la destrucción. Fomentar un turismo basado en la calidad de nuestro entorno natural, ese valor casi desconocido y de tanta importancia en toda la comarca, apoyando el proyecto Sierra Bermeja Parque Nacional puede ser parte del camino.
Encontrar recolocación y nuevas oportunidades de negocio para los trabajadores y empresas de la construcción mediante el fomento adecuado de la rehabilitación de edificios, la sustitución de los anticuados e ineficientes sistemas de gestión energética, la implantación de la energía solar térmica o sistemas de utilización eficaz de aguas pluviales y residuales para gestionar de forma sostenible el ciclo integral del agua puede llevarnos a que la crisis que azota el sector pueda ser mitigada con una nueva actividad en pro del medio ambiente y contra el calentamiento global en lugar de la actual filosofía del despilfarro de nuestro bien más preciado, la Tierra.
Aunque el presente es ciertamente oscuro no dudamos de la luz al final del túnel, y ahí estaremos Los Verdes proponiendo medidas como las anteriores porque, como decía nuestro eurodiputado, hay vida después del ladrillo.
Tras bastantes horas de debate y contraste de opiniones, el compañero Hammerstein nos regalaba una frase que debería ser sentencia para todos los implicados en el futuro de nuestra ciudad. “Hay vida después del ladrillo”. Y es que llegó el momento de dar por acabado el modelo de desarrollo que ha conducido a la comunidad al infierno de la crisis económica, del paro, del destrozo y expolio del medio natural y, por si fuese poco, a esa corrupción tan generalizada que casi podríamos decir es la forma única en la que se han desenvuelto las instituciones.
Hay que diversificar la oferta económica, acabada ya la época del desmadre urbanístico y de la construcción que nos ha empujado a la destrucción. Fomentar un turismo basado en la calidad de nuestro entorno natural, ese valor casi desconocido y de tanta importancia en toda la comarca, apoyando el proyecto Sierra Bermeja Parque Nacional puede ser parte del camino.
Encontrar recolocación y nuevas oportunidades de negocio para los trabajadores y empresas de la construcción mediante el fomento adecuado de la rehabilitación de edificios, la sustitución de los anticuados e ineficientes sistemas de gestión energética, la implantación de la energía solar térmica o sistemas de utilización eficaz de aguas pluviales y residuales para gestionar de forma sostenible el ciclo integral del agua puede llevarnos a que la crisis que azota el sector pueda ser mitigada con una nueva actividad en pro del medio ambiente y contra el calentamiento global en lugar de la actual filosofía del despilfarro de nuestro bien más preciado, la Tierra.
Aunque el presente es ciertamente oscuro no dudamos de la luz al final del túnel, y ahí estaremos Los Verdes proponiendo medidas como las anteriores porque, como decía nuestro eurodiputado, hay vida después del ladrillo.
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